ArgPlata

Y luego, quizás, cuenten todo aquello que los maravilló

La tranquilidad de aquel lago

era el comienzo de un sueño

y el viento abrumador de aquel lugar

era el reflejo efímero de un sueño eterno.

 

 

Sus bosques se asemejaban al desconcierto;

sus árboles tan altos y frondosos,

atraían el misterio y el espirítu aventurero.

 

 

El polvo de sus tierras se levantaba sin compasión

y juzgaba a quienes tenían la dicha de pisar esas tierras,

con sus terrenos hermosamente peligrosos;

y la sensación de riqueza en alma, al sentir el calor que este territorio emanaba.

 

 

El frío de la nieve se impregnaba en mi cuerpo,

y se deshacía, varias veces, entre mis dedos: 

para luego volverse a fusionar con la nieve que aun quedaba en el suelo.

Demostrándome, la fuerza y pureza de la unión aún en el gélido tiempo. 

 

Las montañas de aquel lugar se erguían, imponiendo admiración y asombro,

parecía que contasen mil historias, guardadas en un solo paisaje...Que solo podrán

contar unos pocos...aquellos que tengan la dicha maravillarse y empaparse de las

memorias que creen en vista de estas escenas.

 

Y luego, quizás, cuenten todo aquello que los maravilló

y que sensaciones en su cuerpo y en su alma atesoró.

 

Como ahora...

 

Como ahora lo estoy haciendo yo.