Poesía suave y amorosa,
busca la blanca puertorriqueña
que nació en la tierra borinqueña
como una preciosa rosa.
Reservada y encantadora,
tierna y dulce en su mirada
la doncella más amada
una estrella, luz de aurora.
Llena de un amor ardiente,
roja, sangre que enciende,
su boca, fuego devorador.
Y al encontrarla, vi en ella
una perla lo más bella
que ha creado el Creador.
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