Sophia - así le llamaban,
Nunca supe mas nada de ella,
su cuerpo era templo de rosas
su espalda árido desierto donde
quede sediento cientos de veces,
y aunque sus besos tenían un alto
precio, como hombre solitario, ella
era mi válvula de escape de una
realidad poco anímica.
¿Donde estarás Sophia?
Me hace falta su sonrisa, y sus
gemidos pintoresco,
¿habrá abandonado su valiente arte?
- es que hay que ser valiente para
entregarse cada noche a un desequilibrado
diferente.
-
Autor:
Miguel Angel Bruján (
Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2017 a las 12:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
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