Miguel Angel Bruján

Sophia

Sophia - así le llamaban,
Nunca supe mas nada de ella,
su cuerpo era templo de rosas
su espalda árido desierto donde
quede sediento cientos de veces,
y aunque sus besos tenían un alto
precio, como hombre solitario, ella
era mi válvula de escape de una
realidad poco anímica.

 

¿Donde estarás Sophia?
Me hace falta su sonrisa, y sus
gemidos pintoresco,
¿habrá abandonado su valiente arte?
- es que hay que ser valiente para
entregarse cada noche a un desequilibrado
diferente.