No sé porqué, pero te sigo viendo,
te sigo recordando cada momento.
En el viento que mece los árboles,
árboles de copa blanca y verde.
En cada uno de sus azahares,
que por nos nacieron en diciembre.
En ese mar revuelto del aire
que en las noches agitado fuertemente
golpea de mi ventana los cristales
como golpea tu imagen mi mente.
Y no entiendo por qué juego a atacarme
con aquel recuerdo doliente
de tí, de verte salir y marcharte,
marcharte y nunca más verte.
Al fin y al cabo, se necesita
de la serpiente el veneno
para el antídoto cuando te pica.
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Autor:
Luis Burgos de León (
Offline) - Publicado: 20 de febrero de 2016 a las 11:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
Offline)
Comentarios1
Diste en el clavo, el final es la respuesta. Saludos
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