El día de los difuntos. Caronte está cansado.
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 Hoy llueve. Los truenos hacen vibrar los vidrios de mis ventanas, y mi perro asustado se refugia entre mis piernas.
 Es el día de los difuntos, en que se les permite salir de sus tumbas, y subir al cielo a llorar. Cada torrente de lágrimas, riega sus corroidos huesos, y ahoga los gusanos.
 No lloran por estar muertos. sino por haber estado vivos. Son tormentas furiosas, que regresan a casa, tras su viaje anual a lo etéreo.
 Riegan las flores que les acaban de poner los que aun se acuerdan de ellos, los afortunados que son recordados y homenajeados una vez al año.
 Otros, los solitarios, lloran sobre tumbas vacías, con lágrimas anónimas y solidarias, sobre los lugares, donde algunos, nunca fueron enterrados.
 Vastos paisajes yertos
 ni epitafios ni flores.
 Secan del sol albores,
 lágrimas de otros muertos.
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                        Autor:    
     
	Soplo (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2015 a las 09:42
- Comentario del autor sobre el poema: Tanto como la vida y tanto como la muerte. No demasiado, y todos somos pobres, pues es lo único que tenemos, con visos de certeza.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 140
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén

 Offline)
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Comentarios2
Profundo, sentido, existencial.
Mi amigo querido, que gusto leerte.
Un homenaje al cual me sumo.
Un abrazo enorme. Que dicha leerte de nuevo.
Kavi
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