EXTREMO: LA MUERTE

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Debe apagarse la llama de amor que hiela las manos sin  piel;

que ciega los labios, al secarse esperando la humedad de otros labios;

y que inquieta el pecho, si saciado de su néctar está el corazón.

Que convierte en cenizas la razón, ardiendo en locura el sinsabor:

mirar el viento y abrazar la tierra, tratando de alcanzar el canto

de un ave en libre vuelo, celosa del rocío de rojas saetas;

detener la riada del  magma por los caños, que quema las entrañas,

moja picos, campos y cavernas, en la soledad de albas y ocasos.

 

Debe apagarse la llama  de amor,  antes de que se haga tempestad

la brizna de nostalgia que lacera el pecho y se haga vida, la muerte.

 

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Comentarios2

  • Trovador de Sueños ...y realidades.

    Una tormenta infinita desborda la intensidad de tus letras.

    No quedan las cenizas,
    se esparcen al viento
    en el torrente que hace
    mella en el amor,
    renace inclemente
    la muerte.

    Bellas pinceladas hechas poesía en la genialidad de tu pluma, querencia del alma mía, un destello de luz para mis pagos ojos
    la perfección de tus verbos.

    Te quierooooo....!!!!

    Besos y abrazo eternos.

  • Alejandro O. de Leon Soto

    Solo esto...¡BELLO!...abrazos amiga linda.-



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