La libertad

Oscurb

 

Ah, injusta causalidad;

tus garras fueron a caer

en mi pálida conciencia;

en mi frente marchita

de incertidumbre.

 

Ah, injusticia si las hay.

El conocimiento

de la fría inmaterialidad

de nuestra pobre

(o inexistente)

libertad de acción.

 

Dios nos salve y proteja

porque ya no queda nada

más que sentarse

y esperar;

o actuar y esperar;

o pensar;

o ni siquiera pensar:

porque el pensamiento

también es causalidad.

 

Diga, señor, diga,

¿qué es usted acaso?

¿Qué piensa hoy?

¿Qué penso ayer?

No importa,

fue necesario.

 

¿Cree usted en el bien?

¿Cree usted en el mal?

No importa,

fue necesario.

 

Es extraño,

me enferma.

 

Todo ocurre

como causa y efecto.

 

¿Me están entendiendo?

 

  • Autor: Oscurb (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de diciembre de 2014 a las 03:07
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Muy hermoso tu versar amigo Oscurb...
    Que la salud la felicidad y el amor sean tus amigos...
    Saludos de amistad...
    El Hombre de la Rosa...



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