Ver su inmensa inocencia y la pureza de sus ojos, es sentir el amor Dios, su presencia es como la suave sinfonía de Beethoven, te lleva a lo más lejos y te regresa como aquella pluma que dejan caer las aves en los cielos, lentamente, así quiero que se vallan los días y que el ritmo de tus latidos sea el tic tac de mi reloj.
-
Autor:
Robin Merchan (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de junio de 2013 a las 18:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.