¡MUY MÍA!

No te juzgo, yo no te pido decencia,

no es eso lo que de ti me interesa,

quiero de ti tu verdadera esencia,

saber que es muy real lo que pasa,

sentir el temblor de quien me abraza

la humedad de la boca que me besa.

 

Cuando estés conmigo te quiero así,

a tu gran pasión por entero entregada,

deposita ya tus deseos de pecar en mí,

al diablo ahora todas las santurronerías,

quiero que digas como ayer me decías,

que te tenía ansiosa, totalmente mojada.

 

Posa tus senos hermosos en mi boca,

deja que mi lengua roce tus pezones,

no te cohíbas, suéltate, ¡vuélvete loca!

Estamos solos tú y yo ¿qué te asusta?

Déjate llevar y haz todo lo que te gusta

y eleva hasta el infinito tus emociones.

 

Eres tú quien mis erecciones provoca,

a la que deseo hacerle el amor con furia,

la que me encanta cuando apenas me toca,

la que nunca me oculta sus sentimientos,

la que me mira y tiene en sus pensamientos

dándole vueltas mil ideas de pura lujuria.

 

Yo sé bien que tu deseo por mí no descansa,

te quiero conmigo atrevida, muy inquieta,

olvida los prejuicios y ven a mí... avanza,

que mi cuerpo, mi piel, hoy mucho te necesitan,

tus olores, tus gemidos, tus suspiros me excitan

y nada de lo que hay en eso te irrespeta.

 

Es hora de dejar ya muy atrás la timidez,

la verdad toca a nuestra puerta en este día,

deja que te posea toda, de la cabeza a los pies

y permite a mis sentidos percibir y saber

que has soltado las amarras por fin mujer

y quieres ser desde hoy mía... mía... muy mía.