Se hunden mis adustas manos,
entre la grama verde del olvido,
mientras me encierro,
entre las grises sombras
del bravucón desconcierto.
Se arrastran mis memorias
por la indolente tierra
y se seca mi ignorada piel,
entre mis largas noches de silencios.
Viejos vientos,
rugen por mis cansadas venas,
se secan mis huesos,
se va oscureciendo mi ajada voz,
mientras sigue vivo esta amor,
entre rosas y lirios muertos.
En el efímero parpadear de una estrella,
se hace eterna mi condena,
mientras mi mirada se pierde
entre noches sin estrellas,
y alboradas sin albores.
Cae mi corazón,
dentro de un oscuro sinrazón,
mientras el distante sol va devorando,
mis fríos amaneceres,
mis ojos ya cansados,
de tanto reclamar sus pardas pupilas,
va percibiendo como se van apagando,
mis atascados luceros.
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Autor:
marco augusto (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de octubre de 2012 a las 16:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: Marellia, la negra rodriguez.
Offline)
Comentarios2
Mi estimado Sr, primera vez que mis ojos se cruzan con sus letras.
Felicitaciones me encantan lo elevado de sus metáforas y la profundidad de su sentir.
Saludos
berllismo poem,a a migo es un placer leerte siempre copn esa nostalgia presentada en forma exuisita.
besos.
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