Soneto cómico, picaresco.

flack

Tan terrible dolor, lo he curado con risa,

pues el condenado crespón y el sufrir de la vejiga,

creí de la muerte ver ahí cómo postrera amiga;

pero loco reí, no era crespón, sólo una monja con prisa.


¡Ay!, dicha madre me asustó tal el alma,

que de dolencias olvidé que andaba

y que decir de mi vejiga: ¡feliz estaba!,

así que di de beber al suelo con toda calma;


¡Gracias Dios!, por tal incidente,

eso prueba que la muerte nos espanta,

que si yo de éste ardor me curé, felizmente,


dadle a esa monja el cielo, seguro le encanta,

cómo ver alguna vez algo haría al invidente;

Dios mío, ahora mi necesidad de vacío es cosa santa.

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  • Autor: Jesús Anibal (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de junio de 2012 a las 00:23
  • Comentario del autor sobre el poema: La poesía no sólo tiene que ser profunda, reflexiva o expresiva. Igualmente, es un medio para dar a enteder todas las conductas del alma; hasta el lado pícaro o sátiro, que pretende ridiculizar un comportamiento. En fin, espero les agrade.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1349
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