Concierto para dos Opus 266 ©Verónica Lozada

Veronica Lozada

Primer Movimiento

Declaro la sinfonía de mi cuerpo que ya te conoce, la mañana en el trajín de quedar afinada como violonchelo para estar entre tus piernas, al fin lista y encordada, el tráfico me retoca el maquillaje más de tres veces, el tigre está en camino, Eduardo Lizalde me espera con las Horas de Junio a lado de las escalinatas de la impaciencia de tus ojos por verme, verme por primera vez. Manos danzan lejos de mí, tres sonetos que a remiendos lees antes de Silvestre Revueltas, inquietud del café expresso, tarta de manzana quizá un gazpacho para mirarnos a los ojos, para mí la sintonía fue hecha hace siglos en el círculo del destino, para tu inteligencia, nada es, si no hasta comprenderlo. me quitas el abrigo y abres la silla, tu brazo mi barco que me navega por la gran sala, se apagan las luces, un vuelco de libélulas me expande hasta hincharme de humedad. Me sabes sin sentirme, me tocas en el roce, mi concierto es tu atención. Bellas artes tiene una nueva obra: tú y yo besándonos.

Segundo Movimiento

Eduardo Lizalde me arrastra al final de la butaca, su voz y la poesía son el mejor concierto para mis ojos, duele la piel de encanto, erizada hasta la nuca que no conoces, apuntas brevemente, yo escribo en mis piernas desnudas las imágenes de una violinista que se mece como ramas de árbol en el sin fin de una melodía inconexa, perfecta, brazos magros. Carlos Miguel Prieto muestra el final del frac, no me atrevería a venir si no fuera de negro, en una ceremonia de ser parte de sus manos abanico, fuerza y delicia... Alban Gerhardt se entrega, está sólo con su instrumento entre las piernas, estoy sola anhelando un concierto en tu mesa, el sonido me impregna un humor de belleza, un torrente de poesía que no se ha escrito... me estoy volcando, a punto de dejarme en el vértigo y caer de anfiteatro hasta el primer piso, pero algo te sucede y me abrigas con tu suéter. Me has arropado y vuelvo en mì. se baten palmas insonoras, no me encuentro ahí, se ha quedado tu último abrazo en mi espalda. esta noche no puedo morir.

Tercer movimiento

El frío de la noche, un cigarro, me tomas la mano y preparas la cena, copas exactas, mesa perfecta, te muestras bellísimo en delantal de rayas grises, perfecto, has traído jazz para mis pies que ya he descalzado, grietas de una vida pasada ya están resanadas, cuadros y arte en tumulto orgiástico de una casa de hombre, las plantas necesitan agua... pero estas cocinando. Me deleito en tus apreciaciones, me retiro la máscara. La ensalada me alimenta, me viertes vino, me bebes tinta, aún no me has tocado. Luna impaciente por saber si los libros que nos rodean nos tenderán cama esta noche, yo creo que no. Pasan las horas que no son de Junio, pasan y aviso que esta noche no volveré a casa, ya pasó la madrugada. Un tabaco, delicioso habano y nada escucho de las formas de hacerse, estoy perdida en tu rostro, que a ratos me mira intensamente, te guardas las cosas que piensas, en mi corazón aún resuenan las percusiones, la pasión de esos músicos, tu pasión de entenderlos a ojos cerrados. La cena termina y estas muy cerca, me vuelvo a pintar los labios para detener mi inconmensurable deseo de besarte. Gran final: Una bata y tu pijama que me queda enorme, me duele el estómago de emoción y tanta risa, escribo casi a oscuras y tu lees no sé qué cosa, es como si siempre hubiéramos sabido de nuestros rituales, desmaquillo, me meto entre tus ojos y traes una frazada extra a mis remolinos de nervios, tiras las almohadas al suelo... al fin me besas, recostada junto a ti, las piernas en nudo, las manos sujetas. Este es el límite de mi control, te monto vestida y me quedo dormida abrazada a ti sin hacer el amor. Te volveré a ver. No sé cuándo, ni qué concierto, no sé cómo, ni dónde... mis pasos ya no van sin sombra. 2011©Verónica Lozada

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Comentarios2

  • Marellia

    EXCELENTE!!!! exquisito relato de un encuentro entre la pasión , el amor y la música

    • Veronica Lozada

      Gracias por prestarme tus ojos. 🙂

    • clonariel

      largo, rítmico, me dejaste sonriendo y melancólico



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