En manos de Dios

Trismegisto

 

Cuando uno ha recibido el dolor de alejarse del ser querido, todo se vuelve gris. Ya ni los colores de las flores son los mismos, ni los cantos de los pájaros nos alegran. La luz del sol, no alumbra y todo es noche y oscuridad.

 

El amor que es todo dulzura y felicidad, se vuelve dolor y pesar, angustia y lúgubre soledad.

 

Mientras la razón grita: ¡Olvídala!, el corazón gime en luto y desconsuelo, tratando de arrancar ese dolor insoportable de la ausencia.

 

Pero sólo Dios, sabrá si ese corazón aún guarda una pequeña llama de ese amor, o si debemos hundirlo en el olvido.

 

 

 

  • Autor: Trismegisto (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de mayo de 2011 a las 13:45
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 85
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Comentarios3

  • PoemasDeLaSu

    Siempre hay que seguir viviendo y honrar la gran capacidad que tenemos aún de amar, que no todos, aunque no lo tengan al lado, tienen esa capacidad. No te creas, no todos tienen aun ese corazón latente, y eso sí que es una bendición, independientemente de lo demás.

  • Trismegisto

    Hoy me levanté muy mal, por lo que me perdonarás que no entienda bien tus palabras. No se si me das esperanzas o me aconsejas que olvide. Cuando hablo de ese corazón, no es el mío.

  • Ricardo el vedado de Irene

    Bien amigo que dejes salir esas emociones a través de la poesía que también sirve para aligerarnos pesos.

    • Trismegisto

      Gracias amigo.



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