Pocos deben ser los seres humanos que desconozcan la existencia de Peter Pan, un personaje ficticio creado por el escritor escocés James Matthew Barrie pero, de todas formas, Poemas del Alma considera importante hacer referencia a su figura. Como recordará más de un lector, este adorable representante de los cuentos infantiles popularizados por Disney se caracteriza por su espíritu aniñado que lo lleva a no querer crecer y a disfrutar, durante toda la eternidad, de increíbles aventuras fantásticas en el País de Nunca Jamás, una isla que habita junto a su pandilla de Niños Perdidos.
La existencia de este líder infantil que, con el tiempo, adquirió fama mundial, se dio a conocer en 1902 a través de un libro titulado «El pequeño pájaro blanco». Cuatro años después, su figura volvería a aparecer en «Peter Pan en los jardines de Kensington» y, ya en 1911, surgió la novela que quedaría en la historia como uno de los clásicos literarios preferidos por los lectores más pequeños.
Ya sea a través de la gran pantalla, las representaciones teatrales o mediante las páginas de un libro, la historia del valiente Peter Pan cautiva por su contenido mágico y aventurero. En este contexto, tanto él como Wendy, John, Michael y el hada Campanita consiguen obtener el respaldo del público mientras que el malvado pirata Capitán Garfio, con sus actitudes, sólo provoca antipatía y rechazo. En el sorprendente País de Nunca Jamás no sólo hay niños perdidos, sino también pieles rojas, una princesa y hasta hermosas sirenas, entre otras maravillosas criaturas.
Aunque este relato bien puede ser disfrutado como un simple cuento de travesuras y vivencias infantiles, no se puede dejar de advertir que en él han sido incluídas temáticas complejas que dan lugar a reflexiones acerca del desarrollo del ser humano, la importancia de la imaginación, la madurez y hasta, incluso, ciertos análisis desde el punto de vista sexual motivados por los sentimientos que parece tener Peter hacia la figura materna.