En 1985, el escritor colombiano Gabriel García Márquez dio una nueva muestra de su talento como novelista a través de «El amor en los tiempos del cólera», una conmovedora obra que llegaría a traspasar los límites de la literatura para convertirse en una propuesta cinematográfica.
Ambientado en una ciudad costera de principios del siglo XX, este relato basado en el amor, la lealtad, el paso del tiempo, el poder de la memoria y la muerte se centra en las vivencias de tres personajes: Juvenal Urbino, Fermina Daza y Florentino Ariza.
En este contexto, el también creador de «El coronel no tiene quien le escriba» y «Cien años de soledad», convierte a los lectores en testigos de la realidad del doctor Urbino, un hombre que supo ser, durante cerca de cincuenta años, el compañero de Fermina, una mujer incondicional cuya vida se transforma tras la muerte de su esposo no sólo por el hecho de sentir su ausencia y haber quedado viuda, sino también por la presencia de Florentino.
Esta aparición masculina no es producto de la casualidad, sino que está vinculada a una necesidad de este hombre, ahora anciano, que ha esperado mucho tiempo para declararle a Fermina su amor incondicional.
Ambos se habían conocido cuando ella era una niña con obligaciones escolares y él, un joven enamorado que no pudo conseguir, por ese entonces, salvar el vínculo que, en algún momento, llegó a unir sus vidas hasta que el padre de Fermina decidió separarlos.
Pese a que ella formó una familia junto a Urbino y él se dedicó durante años a disfrutar de la compañía de una gran cantidad de mujeres, Florentino nunca pudo olvidar a esa pequeña que lo había cautivado durante su juventud. Por esa razón, al enterarse del fallecimiento de Juvenal, decide hablar con Fermina, con quien llegará a compartir algo más que una amistad.