Principales voces del Posmodernismo (II)

En el primer artículo de este miniciclo sobre Posmodernismo Literario hablamos sobre los cambios que impuso esta nueva corriente estética, en relación a la anterior, el Modernismo. También comentamos algunos de los puntos claves de este movimiento. Hoy toca hablar de algunas de las voces más destacadas del Posmodernismo. En el último artículo trataremos la relación del Posmodernismo y el Feminismo, hablando de las autoras más destacadas de este período. ¡Que disfrutes de este ciclo en Poemas del Alma!

Diferencias entre Modernismo y Posmodernismo

A principios del siglo XX tuvo lugar un cambio significativo en la literatura, cuando surgieron ciertas vanguardias que intentaban exponer la crisis espiritual que traía el nuevo siglo consigo. En este contexto surgió el Modernismo, encabezado por Rubén Darío, y al que se sumarían poetas tales como Delmira Agustini, Juan Ramón Jiménez, Leopoldo Lugones y Manuel Machado.

Es importante señalar que el Modernismo dio paso a la primera interacción de la literatura proveniente de España y la creada en Latinoamérica; ciertas tragedias como los conflictos bélicos y las dictaduras que obligaron a numerosos artistas a exiliarse, propiciaron la estrechez del vínculo entre poetas de ambas regiones. Este elemento fue sumamente significativo para la deriva que tendría lugar en la creación poética en nuestra lengua. ¿De qué forma estos cambios terminarían años más tarde derivando en el Posmodernismo?

La gran diferencia entre Modernismo y Posmodernismo es estilística. Mientras el movimiento original ponía como exigencia la sinceridad y la originalidad plasmada a través de un lenguaje lírico y ornamentado, el Posmodernismo centraba su interés en la búsqueda de un lenguaje sencillo y capaz de provocar emociones profundas a la vez que el interés por cuestiones dejadas un poco de lado hasta el momento, como la identidad y la intimidad en su visión más descarnada.

En lo formal, el Modernismo exigía perfección y musicalidad, y el Posmodernismo se volvió más flexible en este aspecto, dando lugar al surgimiento de nuevas musicalidades y de una gran diversidad estética. Otra gran diferencia la encontramos en la descripción del mundo: el Modernismo alababa el cosmopolitismo y lo extravagante civilizado, mientras que en el Posmodernismo descubrimos a una gran variedad de poetas allegados a lo rural, a un mundo menos glamouroso y más real, donde lo cotidiano es el gran espacio desde el que se puede pensar la universalidad humana.

Ejemplos destacados del Posmodernismo

El Posmodernismo contó con numerosas voces, cuya influencia ha traspasado las fronteras de su tiempo y continúa más viva que nunca. Veamos algunos de los nombres más destacados.

Enrique González Martínez nació en México en 1871 y se sintió brutalmente influenciado por los poetas simbolistas, a quienes tradujo del francés al español. Su obra poética significa el último gran aporte al Modernismo, cuando ya el movimiento parecía haber perdido todo su impulso inicial. A partir de Martínez, el Modernismo comenzó a nutrirse de nuevas formas y poco a poco derivó en lo que hoy conocemos como Posmodernismo, al que se integran una gran diversidad de poéticas que aspiran a contar la vida desde una retórica sencilla y cotidiana. Entre sus obras más significativas encontramos Los senderos ocultos, La muerte del cisne y Las señales furtivas. No obstante, el tono didáctico y profético de su poética lo ha dejado un poco al margen, perdiendo influencia en las nuevas generaciones debido a esto.

La literatura peruana nos permite descubrir a José María Eguren, quien gozó de una gran admiración debido a su empeño por trabajar con el lenguaje de una forma sencilla sin salirse del todo de las bases del Modernismo. Eguren nació en Lima en 1874, se lo considera uno de los poetas cuya obra estética simbolista es de las más depuradas e impactantes de la literatura de su tiempo. El suyo es un caso particular, puesto que si pensamos que el Posmodernismo se ubica después de la Segunda Guerra Mundial, su obra no podría incluirse en esta estética; no obstante, al acercarnos a su poesía descubrimos algunos puntos en común entre su poética y la de otros autores posmodernos.

En México tenemos el caso de Luis Gonzaga Urbina quien implementó un tipo de escritura cercana, donde su labor como maestro le sirvió para explorar un lenguaje sencillo y cotidiano. Nació en Ciudad de México en 1864. Comenzó su escritura vinculándose a los Modernistas Justo Sierra y Manuel Gutiérrez Nájera, pero cuando estalló la Revolución Mexicana, se tuvo que exiliar y estuvo viviendo en Cuba, España y Argentina. Este hecho dramático, lejos de alejarlo de la literatura, le sirvió para continuar su carrera, y su vínculo con otros poetas afines al Modernisno en estos tres países le permitió evolucionar de una forma asombrosa. Entre sus obras más importantes encontramos Ingenuas, Lámparas en agonía y El cancionero de la noche serena, siendo éste, sobre todo, un gran exponente de la poesía posmoderna.

Gabriela Mistral es uno de los ejemplos más puros del Posmodernismo Latinoamericano. Nació en Vicuña (Chile) en 1889, en el seno de una familia humilde, lo que determinaría rotundamente su relación con la palabra. Pese a pertenecer a una generación afín a las vanguardias y, a haber sido ella misma defensora de esta estética, su poesía más significativa se encuentra un paso por delante de la estética Modernista, intentando abrazar un lenguaje hondo y a la vez sencillo, trabajando desde un lugar de recogimiento estético que la ubica como una pionera de la literatura latinoamericana del siglo XX. Sin duda es una de las grandes representantes de este movimiento.

Existen, por supuesto, muchos otros nombres destacados del Posmodernismo Literario, pero estos tres son, sin lugar a dudas, los pioneros más avezados de una corriente estética que cambiaría el rumbo de la literatura en nuestra lengua. En el próximo capítulo de este miniciclo hablaremos sobre la relación de este movimiento con el feminismo, ¡no te lo pierdas!