La porfiria, la peste y el vampirismo


 
Los vampiros, criaturas nocturnas que se alimentan de la sangre de sus víctimas, representan una de las figuras fundamentales de la literatura de terror. Pero ¿qué hay de cierto detrás de este mito? ¿En qué se apoyó la tradición para dar vida y vuelo a tan extrañas criaturas? Hoy escribo en Enfermedades y Mitos Literarios sobre algunas explicaciones que podrían servirnos para delimitar las fronteras entre ficción y realidad en el universo vampiresco.
 

Vampiros, ¿mito o realidad?

Ristras de ajo colgadas del cuello, cruces terminadas en punta como si fuesen espadas clavadas junto a las tumbas, estacas siempre listas para ser usadas y clavarse en el corazón de los extraños y amenazantes vampiros. Estas son algunas de las soluciones que el mundo de la fantasía ha elaborado para eliminar a los vampiros de la faz de la tierra, o para ponerse a salvo de ellos.

Sin embargo, para entender la existencia de los vampiros hay que escarbar en las huellas de la historia, en el origen de las creencias populares y en las explicaciones científicas que siempre pueden ser útiles para establecer los límites de la fantasía. El objetivo de esta búsqueda no es de ninguna manera dejar de creer en la fantasía sino todo lo contrario, confirmar que somos aquello que creemos y lo que creemos siempre siempre tiene raíz o brote en la realidad que nos rodea.

En torno al mito del vampiro, es decir, a la existencia de estas extravagantes criaturas existen dos posibles explicaciones. Una de ellas de tipo científica que los relaciona con la porfiria, una enfermedad de la sangre cuyos síntomas fueron semillas fabulosas para los artistas de los siglos precedentes. La otra, de tipo histórico, relaciona el origen de los vampiros con hechos misteriosos acaecidos en Europa durante la propagación de la peste negra.

A continuación me explayo sobre estas dos teorías que sirven como contexto real para interpretar el mito vampiresco que tanto ha dado que hablar y que temer.

La Porfiria cutánea

La explicación científica está relacionada con un tipo de Porfiria, enfermedad vinculada con una deficiencia en la producción de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es un componente de la sangre fundamental para la producción celular ya que es el encargado de transportar el dióxido de carbono desde las células del cuerpo hasta los pulmones para que sea eliminado y de llevar oxígeno del pulmón a las células. Son ocho las enzimas encargadas de la producción de hemo. La ausencia o el mal funcionamiento de alguna de estas enzimas en este proceso deriva en algún tipo de Porfiria.

La Porfiria que podría vincularse al mito de los vampiros es la Porfiria cutánea la cual provoca síntomas en la piel que derivan de la exposición a la luz solar. En este caso, las porfirinas se acumulan en la piel y al entrar en contacto con la luz provocan síntomas. En los casos severos de Porfiria cutánea esta acumulación de porfirina puede afectar peligrosamente el sistema nervioso.

Durante mucho tiempo se llamó a la Porfiria «la enfermedad de los vampiros» y posiblemente tenga mucho que ver esta dolencia con el nacimiento del mito. Debe tenerse en cuenta que el descubrimiento de esta enfermedad es bastante reciente.

Otro detalle a tener presente es que la Porfiria es una enfermedad que se transmite por vía genética, por lo que no es de extrañar que en el mito el vampirismo sea contagioso. Es decir, se transmita a través de la sangre. Esto puede verse de forma literal: los hijos de un vampiro heredan las características de sus progenitores; o en un sentido figurado si tomamos la sangre como una metáfora de lo que se hereda.

La peste y los entierros en vida

Existe también una explicación histórica que podría ajustarse a la formación del mito de los vampiros; la misma se encuentra relacionada con la pandemia de peste negra que asoló Europa a mediados del siglo XIV.

Los síntomas de la peste eran altas fiebres, espasmos y convulsiones que se extendían durante varios días extenuantes hasta que los enfermos fallecían. El mito comenzó a acampar a sus anchas cuando algunas de las tumbas de las personas enterradas comenzaron a mostrarse abiertas (algunos afirmaban también que al pasar de noche junto a los cementerios se oían gritos y gruñidos). A partir de estas imágenes comenzó a creerse que estas personas habían vuelto de la muerte y deseaban alimentarse de la esencia de los vivos.

La explicación racional a este hecho a simple vista sobrenatural es que las personas eran enterradas cuando todavía se hallaban con vida. Los síntomas de la peste eran tan fuertes que producían en ellos una especie de adormecimiento que derivaba en una catalepsia. Sus seres queridos creían que estaban ya muertos y procedían a sepultarlos, pero cuando los enfermos despertaban (los que lo hacían) comenzaban a hacer todo lo posible por salir a la superficie. Esto podría explicar tanto las tumbas escarbadas como los gritos y los trozos de pelo y uña que se dice se han encontrado en algunas de esas tumbas (las pobres criaturas se dejaban el pellejo intentando salir de esa muerte en vida).

Todo esto dio lugar a que pudieran encontrarse numerosas tumbas abiertas por toda Europa, consolidando el mito. Al ser la peste algo incontrolable, se comenzó a propagar la idea de que las personas que la padecían habían sido mordidas por criaturas del inframundo y convertidas en inmortales y que al ser enterradas, conseguían salir de sus tumbas y contribuían a la propagación de la enfermedad.

Sea cual sea la explicación que mejor se adapte a la realidad, ambas nos permiten observar un poco más allá de los mitos y entender que el mundo de ficción se asemeja o acerca tanto a la realidad que a veces es difícil determinarlo.

Es importante señalar que si bien diversos textos del siglo XII dejan en evidencia que en aquella época se hablaba de criaturas que volvían de la muerte para alimentarse de la sangre de los vivos, no fue hasta finales del siglo XVIII que se habló de los vampiros propiamente dichos. Y a partir de entonces se crearía uno de los mitos más prolíficos de la literatura.

Entre los muchos textos que ruedan por Internet sobre el vampirismo, te recomiendo la trilogía que han publicado en el blog Un Forastero en Carcosa con varios artículos completos y muy interesantes sobre las películas en torno al mito de los vampiros.



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