La poesía infantil de Alicia Morel

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Esta semana hemos recibido la triste noticia de su fallecimiento a través de Vero Gudiña. Uniéndome a su homenaje, escribo ahora sobre la poesía de Morel.

Para muchos la escritora chilena Alicia Morel existe por su «Perico trepa por Chile», sin embargo su obra ha sido amplia y de ella más que su narrativa debería destacarse su poesía. Al igual que otras autoras valientes, Morel supo crear un amplio universo lírico que se aleja de los tópicos. Y lo hizo decantándose por una literatura frontal y accesible, sin olvidarse de la importancia de inculcar en los niños la crítica y la reflexión. Su poesía, sinceramente, me parece sumamente interesante, sencilla pero contundente, con rasgos autóctonos y una mirada clara que invita al disfrute de la literatura en su sentido más estricto.

Vida y obra de Alicia Morel

Alicia Morel nació en Santiago de Chile el 26 de julio de 1921 y es una autora ineludible de la literatura infantil, género que alimentó con su poesía y su teatro de marionetas. Pese a que comenzó a publicar desde muy joven (a los 17 años) el reconocimiento le llegó cuando trabajó en su «Perico trepa por Chile» junto a Marcela Paz, de la que he escrito esta misma semana.

En el género narrativo y teatral publicó obras como «Cuentos Araucanos, La gente de la Tierra» (1983) y «El viaje de los duendes al otro lado del mundo» (1988). También escribió textos ensayísticos como «¿Quién soy?» (1977) y «Variaciones Literarias» (1990). En el terreno de lo lírico Morel es autora de «En el campo y la ciudad» (1938) y «Como una raíz de agua» (1951).

Además, Alicia se involucró en diversos proyectos educativos cuya finalidad era llevar la literatura a las aulas y a las casas. Participó así en las revistas «El Volantín» y «Caja de Compensación ASIMET». Y también fue una de las mentes fundadoras del International Board on Books for Young People, realizado en Chile en 1964. La acompañaron en este proyecto Lucía Gevert Parada, Marcela Paz y Maite Allamand.

La poesía de Alicia Morel

Aunque la Hormiguita Cantora y el Duende Melodía son sus personajes más inolvidables, Morel comenzó su carrera artística como poeta; su primer libro «En el campo y la ciudad» reunía una serie de poemas que plasmaban las diferencias culturales y de color en el ambiente campestre y el urbano. De una forma muy sencilla, este libro puede ser una maravillosa introducción para que los niños mientras descubren el mundo, entiendan que la poesía es mucho más que palabras que riman, puede contener mensajes interesantes que los ayuden a reflexionar en torno a la vida y a su entorno.

Una de las cosas que más me conmueve de la vida de Morel está relacionada con la publicación de su primer libro. Cuando Alicia cumplió 17 años, su padre le entregó un regalo muy especial: había reunido sus poemas y los había publicado con el objetivo de que su hija sintiera que lo que estaba haciendo tenía un valor mucho mayor que el simple hecho de plasmar sus emociones sobre un papel. Este gesto paternal y a la vez respetuoso para con su hija, me ha resultado sumamente conmovedor. Sin duda, haber sentido el reconocimiento de su progenitor habrá sido sumamente especial para ella y es posible que la haya animado para continuar escribiendo y publicando. Ojalá muchos padres tomaran el ejemplo.

Ese primer libro de Alicia es de una sinceridad y un colorido extraordinario y pienso que podría considerarse como uno de los grandes libros de poesía infantil que existen. Estoy convencida de que si muchos niños tuvieran a su alcance ese «En el campo y la ciudad» posiblemente se sentirían inspirados para lanzarse a la lectura y la escritura de una forma natural y vital.

Alicia Morel se nos ha ido esta semana, nos queda su maravillosa poesía que nos dice que ningún esfuerzo es suficiente y que quienes nos dedicamos a trabajar en el género infantil deberíamos tomarnos con más respeto y responsabilidad este trabajo. Si hubiera más seres como Alicia quizá algún día el mundo de la literatura destine más espacio, comprensión y respeto a este género ninguneado y olvidado. ¡Hasta siempre, Enormísima Alicia!

Comentarios1

  • Bambú

    Cuánto me alegro cuando leo homenajes a mujeres que han dado su vida y sus letras a la literatura. El reconocimiento a su labor me parece fundamental ya que, por desgracia, a muchas de ellas se las conoce únicamente de manera local. Por desgracia la gran mayoría han sido relegadas a un segundo plano.
    Vaya mi enhorabuena por su labor y descanse en paz.



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