3 personajes fantásticos a los que no querrás enfrentarte

Desde hace un tiempo vengo trayéndoles lecturas sobre autoras que realmente merecen la pena.

Esta semana voy a cambiar el hilo abruptamente: les traigo un texto sobre 3 personajes de ficción (más o menos mitológicos) que pueblan las historias de fantasía y ciencia ficción y que, a muchos de nosotros nos han atemorizado (y aterrorizado) por las noches. Tres criaturas a las que no desearíamos tener que enfrentarnos, pero que hemos mirado a los ojos en más de una ocasión: centauros, orcos y enanos malditos . ¡Ya se me han puesto los pelos de punta de sólo nombrarlos!

1- Centauros

Los centauros, personalmente, son las criaturas fantásticas que más me fascinan y, a la vez, más miedo me dan. Posiblemente este interés tenga que ver con el misterio en torno a su existencia y el enigma que los acompaña cuanto aparecen en escena.

Los Centauros se distinguen completamente del resto de los seres mitológicos por su composición: cuerpo de equino y torso y cabeza humana. Habitan en lo alto de las montañas y empuñan un arco o a veces espadas gruesas y afiladas. Tienen una gran facilidad para mimetizarse con el entorno y su fuerza descomunal podría dejarnos fuera de combate con absoluta facilidad.

En teoría, los centauros suelen vivir en grupos y son muy amistosos con otras criaturas del entorno. Un sacerdote es quien los lidera y sólo emplean la violencia para propiciarse el alimento. No obstante, en las historias de fantasía es sumamente común encontrarlos solos y parecen ser criaturas dolidas y llenas de rencor que embisten con la violencia de un animal cuadrúpedo y se escabullen con la facilidad de los bípedos.

2- Orcos

Estos personajes presentes en las ficciones del inmenso Tolkien seguramente a más de uno de nosotros nos han provocado pesadillas. Se caracterizan por ser seres inmensos y bastante torpes que se mueven en grupo de forma masificada.

Según el autor de «El Señor de los Anillos» son criaturas poco inteligentes pero con una astucia sobrehumana que les lleva a sobrevivir asesinando, cumpliendo con su cometido. Su misión es servir a Sauron, Saruman y Melkor, los tres grandes villanos de aquel universo detallista al que todos regresamos con cierta frecuencia a través de la lectura o la pantalla.

Les tememos a los orcos también pero, ¿por qué? Es posible que el temor radique en esa torpeza manifiesta y esa fuerza que es capaz de aniquilar a los hobbits con tan sólo mirarlos. Sí, es posible. No obstante, me cabe una explicación más razonable de ese miedo acérrimo: los orcos odian, saben odiar mejor que los hobbits amar. Lo odian todo, el mundo, la luz, a sus amos, a ellos mismos.

Los orcos odian además esa sumisión que les lleva a cumplir órdenes que no desean realizar. Ese odio tan persistente nos provoca un miedo atroz; la posibilidad de tocar el abismo entiendo que nos lleva a desear con todas las fuerzas no tener que vérnoslas nunca con un orco.

Enanos malditos

He aquí otras de las criaturas a las que les tememos: esos enanos maliciosos que se aparecen en el momento clave de la desesperación y consiguen una confesión y una promesa a cambio de ofrecer una solución rápida. Entre estos famosísimos enanos está el líder de todos, de nombre impronunciable: Rumpelstiltskin.

Este personaje es protagonista de un cuento que lleva su nombre, de origen alemán, y también ha aparecido en muchas otras historias haciendo de las suyas. El cuento tradicional «La hilandera» es otro en el que podemos encontrarnos con esta criatura. Los hermanos Grimm lo mencionan en su cuento «El enano saltarín». Es que, de hecho, muchos aficionados al cuento no hemos podido evitar las ganas de incorporarlo a alguno de nuestros cuentos. En mi caso, lo utilicé en un cuento de «Cuentos para aprender a volar» (aquí pueden encontrar información sobre él si les interesa).

Tanto nos ha torturado este enano maldito en la infancia que no podemos evitar recordarlo, aunque nombrarlo ya sea otra cosa. Porque recordar su nombre es algo que resulta complicado, por eso es tan importante prestar atención.

Los enanos malditos entran en una categoría de cuento que se caracteriza por tareas imposibles que, una criatura que se encuentra a mitad de camino entre la ternura y la insolencia, asegura poder realizar. Sin embargo, pone una condición dolorosa para hacerlo, un intercambio: su tarea por el primer primogénito de quien pida el deseo. La víctima siempre accede, movida por la desesperación y cuando llega el momento de la verdad (entregar al hijo) tiene una oportunidad: si descubre el nombre del enano quedará saldada su deuda, de lo contrario, Rumpelstiltskin se lleva al niño. No sé si existe en toda la narrativa infantil una historia más retorcida y peculiar que ésta.

¡Y ahora, a soñar! ¿Te atreverás a cerrar los ojos sabiendo que estas furiosas y vengativas criaturas se pasean libres por el mundo?



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