Uno de los máximos representantes del teatro castizo, el de aquel Madrid singular y variopinto de finales del siglo XIX y principios del XX, no es otro que Carlos Arniches. Y es que a través de sus obras supo reflejar a la perfección la sociedad, los valores, los miedos y los anhelos de los vecinos de la ciudad en aquel momento.
En muchas ocasiones, la gran mayoría, todo ello lo plasmó haciendo uso de un cercano y marcado humor que fue el que permitió que el gran público tomara al escritor como un referente.
En concreto, entre sus trabajos que más dejan patente estas señas de identidad destacaríamos los siguientes:
La venganza de la Petra. En el año 1917 fue cuando se estrenó esta obra que gira en torno a la figura de un matrimonio que no atraviesa precisamente un buen momento: Manolo, que tiene absolutamente descuidada a su esposa pues es un mujeriego y un apasionado de la vida nocturna de Madrid, y Petra, una joven cansada de la actitud de su marido.
Sin embargo, ante esa situación, ella decidirá tomar cartas en el asunto y urdirá un plan, ayudada por sus padres y por la criada. En concreto, lo que hará será despertar los celos de aquel para que así reaccione y empiece a prestarle la atención que demanda.
El solar de mediacapa. Carlos Arniches se inspiró en este caso en uno de los más castizos barrios de su época: el de Lavapiés, hoy convertido en un perfecto ejemplo de multiculturalidad.
En el año 1928 fue cuando se estrenó esta obra que toma como protagonista a Sidoro, conocido por todos como Mediacapa. Este es un caradura, vividor y, ante todo, mujeriego que tiene como día a día el llevar a cabo todo tipo de actos con tal de sobrevivir y especialmente de conseguir que numerosas mujeres caigan en sus redes amorosas.
Sin embargo, en su camino se topará un día Ismael, un hombre que intentará que aquel personaje cambie su manera de ser. Desde luego que lo que conseguirá será darle un auténtico giro a los acontecimientos que provocarán todo tipo de situaciones de lo más pintorescas.
El pobre Valbuena. Los caballeros aficionados a conquistar féminas se convirtieron en personajes muy recurrentes por Carlos Arniches a la hora de crear tramas y de conseguir despertar el interés y la risa del público.
Precisamente uno de aquellos se convierte también en personaje central de esta obra teatral, estrenada en el año 1904. En concreto, la historia gira en torno a la figura de dos hombres diferentes y con el mismo objetivo: ampliar su experiencia sentimental y sexual.
Por un lado, está Salustiano, un donjuán que continuamente está consiguiendo que las mujeres caigan rendidas en sus brazos. Y por otro lado, nos topamos con Valbuena, un joven tímido y sin dotes de seducción que se ve en la necesidad de recurrir a la lástima y a una enfermedad fingida para que las chicas reparen en él.
La primera conquista (1910) o Para ti es el mundo (1929) son otras de las comedias que merece la pena disfrutar de este autor.
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