La muerte, personaje de las novelas de Douglas Preston

Los enigmas históricos y el suspense son dos de las señas de identidad comunes a todas y cada una de las novelas del escritor norteamericano Douglas Preston, que está considerado como uno de los autores más vendidos en todo el mundo. Sin embargo, no es la única característica que hay que destacar de la trayectoria literaria del mismo, así también puede subrayarse el papel secundario que en muchos de sus libros tiene la muerte.

Y es que aquella, latente en todo momento en diversas de sus narraciones, es la que aunque subyace en el argumento es la que guía a los personajes, la que les atrae a tomar decisiones erróneas y la que es la consecuencia de sus actos.

Entre las novelas más interesantes de este autor que siguen esta máxima expuesta nos encontramos, por ejemplo, con El pozo de la muerte. Dentro del género del misterio se encuentra aquella, publicada en el año 1999, donde se toma como escenario una isla de la costa de Maine.

Aquella es un lugar donde se halla escondido un tesoro de un gran valor que despertará el interés de muchas personas, pero lo que estas quizás no saben es que el mismo está unido indisolublemente a una maldición: quienes intenten hacerse con él morirán.

No obstante, a pesar de ese fin cruel y despiadado que está determinado para los cazatesoros, un grupo de aventureros y de científicos toman la decisión de hacerse con él por todos los medios posibles, sea como sea.

La muerte y Pendergast

La intriga policíaca es, sin embargo, la que marca el desarrollo del libro que Douglas Preston publicó en el año 2003 con el título Naturaleza Muerta. Se trata de un relato que toma como figura central al inspector de policía Pendergast, uno de los personajes que dicho autor ha convertido en el protagonista de varias de sus novelas.

En este caso, aquella figura deberá enfrentarse a la resolución de un caso complicado: crímenes realizados por un asesino en serie en una pequeña y cerrada población de Kansas.

Allí, a pesar de la reticencia a colaborar por parte de los vecinos, el policía pondrá en marcha su inteligencia y perspicacia para ir descubriendo pistas que le lleven a dar con la identidad de la persona que está detrás de este grave delito. En concreto aquellas le conducirán a unas cuevas en las que en tiempos pasados vivían los indios, pues los asesinatos son cometidos siguiendo un ancestral ritual.

En esta narración, la muerte está presente en cada una de sus páginas, es el personaje secundario de lujo, como también lo está en la narración La danza de la muerte, que vio la luz en el año 2005 y que al igual que la anterior escribió junto a Lincoln Child.

Aquella vuelve a girar entorno a la figura de Pendergast quien en esta ocasión no ejerce como único personaje protagonista sino como compañero secundario de la citada muerte. Y es que las páginas del relato versan sobre el supuesto fallecimiento de dicho policía lo que llevará a que otro investigador, el detective D´Agosta se vea en la obligación de tomar el control de la historia.

En concreto, este último personaje deberá hacer todo lo posible para intentar encontrar al asesino de aquel, su hermano Diógenes, pues además ha anunciado que va a cometer un asesinato que impactará a todo el mundo. Sin embargo, D´Agosta no estará solo en esta misión, contará con la ayuda de Pendergast que en realidad no ha muerto, ha fingido su desaparición para de esta manera poder trabajar en la sombra y detener al criminal.



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