Los medios como espacios donde la realidad se transforma

Hace unos días escribí en torno a un capítulo de Giros narrativos e historias del saber, el cual se refería al giro afectivo de Rosseau. En el artículo de hoy retomaré ese libro para centrarme en un tema que es abordado a través de diversos capítulos por varios intelectuales y que versa sobre la importancia de los medios y los cambios en ellos para la comunicación en las sociedades y, sobre todo, para la comprensión de la historia.

El lenguaje y la ficción que nos rodea

Según Saussure el lenguaje es el agente constitutivo de la conciencia humana y de la producción social de significado. Sin este sistema sólido de códigos no sabríamos interpretar el mundo que nos rodea; o deberíamos habernos ingeniado en buscar otra forma de decodificarlo.

En el diccionario el término comunicación se define como la correspondencia entre dos o más personas. Y en segunda acepción, como la transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor. Esto que puede parecer tan sencillo tiene un carácter fundamental para nuestras relaciones y para el normal funcionamiento de la vida en sociedad. De una buena comunicación puede resultar un proyecto con un eficiente resultado mientras que en una mala comunicación cualquier proyecto interesante puede desbarajustarse y romperse.

Las personas al comunicarnos representamos un papel, con sus códigos y frases, inserto en un gran guion que sería la realidad. Sí, puede resultar nihilista expresado de este modo pero si lo pensamos con detenimiento no lo es: cada persona comprende el mundo teniendo en cuenta los códigos de los que dispone, pero también sus propias experiencias por lo que en cada individuo la comprensión adquiere valores únicos y diferentes; esto podría llevarnos a pensar en que la realidad se compone de muchas ficciones y, por ende, la comunicación es una de las herramientas con las que contamos para acercarnos a esa realidad y comprenderla. Volviendo al tema que con tanta inteligencia se aborda en Giros narrativos e historias del saber, el lenguaje impone sin lugar a dudas el gran desafío de la historia intelectual, que es cargar de realidad el modelo performativo (ese guion que representa a la realidad), y la forma en la que lo hace es valiéndose de la narrativa.

Los medios: donde la realidad se interpreta

Nuestra vida es única, como lo es la de cada persona que nos rodea; no obstante, compartimos un espacio común que es el medio: un lugar cuyo centro es accesible para todos. Allí se reúnen diferentes realidades opuestas entre sí para transformarse en otras. El tránsito entre medios contrapuestos ofrece una realidad diferente y nueva.

La palabra sale de las diversas realidades, se acerca al medio y allí adquiere otra magnitud. A este cambio se le llama giro medial, donde tiene lugar el desplazamiento de la palabra para alcanzar nuevas formas de expresión, comunicación y percepción.

Dicho en palabras de Hegel: lo medial es un punto de inflexión en la realidad que permite el surgimiento de nuevas realidades. Y es en el pensamiento de este autor que lo medial adquiere dos sentidos concretos: el primero de ellos atañe a la realidad y está vinculado con el proceso de cambio que lleva a la sustancia a revolucionar su contenido interno, exteriorizarse y convertirse en sujeto. El segundo, se relaciona con el resultado, a partir del que se instauran nuevas realidades inmediatas. Según Hegel aquello que no está mediado carece de significado. Y en ese sentido, la mediación consiste en una herramienta metodológica de transformación del contenido interno de la realidad.

El giro pictórico en la realidad

El avance monumental de las imágenes en todos los aspectos de la realidad ha supuesto una transformación rotunda para nuestra vida. La irrupción de las imágenes ha mejorado y perfeccionado nuestras tradicionales formas de comunicación, dice García Varas.

En la aparición de la imagen reside el giro pictórico que viene a proveer a las cosas de un nuevo significado. Pero las imágenes transforman no sólo nuestra comunicación sino también nuestra forma de acercarnos a la realidad. Mientras que antes vivíamos en la «cultura de las palabras» la aparición de la imagen trajo consigo cambios semánticos y sociales que obligan a tenerlas en cuenta; de lo contrario, no seremos capaces de comprender la realidad en la que nos encontramos inmersos.

Lejos de ser un nuevo tema, las imágenes ofrecen más bien otro tipo de pensamiento, capaz de clarificar y aprovechar las posibilidades cognitivas, que hay en las representaciones no verbales, que durante tanto tiempo han sido minusvaloradas.

Los medios imponen un cambio rotundo y constante a nuestra forma de comunicarnos y de entender el mundo, por eso estudiar la vida en sociedad sin acercarnos a esos cambios y a sus consecuencias es una forma de negar una parte importante del proceso de evolución de nuestras sociedades.

Para terminar, vuelvo a recomendarles Giros narrativos e historias del saber, una obra magnífica de la Editorial Plaza y Valdés.