Recorremos las características más importantes de la obra de María Teresa de León.

En Memoria de la melancolía María Teresa de León se propone una obra de una autenticidad tremenda al trabajar el desarraigo desde un lugar de esperanza, ofreciendo una lectura novedosa sobre el proceso de desdoblamiento al que obliga el exilio y construyendo un verdadero manifiesto se supervivencia, del que podríamos destacar el empeño de escribir contra el olvido y pensar en el lenguaje como forma de reconstrucción política y afectiva. En el aniversario de esta gran escritora te invitamos a leerla proponiéndote algunas líneas de su obra que creemos interesantes.
La vida de María Teresa de León
María Teresa de León es una de las autoras más destacadas de la Generación del 27. Nació en Logroño el 31 de octubre de 1903 en el seno de una familia vinculada al conservadurismo nacional. Su padre era militar y su tío era el pensador Ramiro de Maeztu. Desde pequeña tuvo acceso a la educación y el privilegio de crecer en un entorno intelectual y cultural de altísima actividad. Su vocación literaria se despertó pronto y comenzó a escribir poemas, que publicaba en revistas escolares y medios juveniles de la época, mientras estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid.
Su primer matrimonio con Gonzalo de Sebastián Alfaro no salió bien y la pareja se divorció (en una época en que las separaciones eran algo inusual, por lo que provocó un gran revuelo en el ambiente social del matrimonio). Pocos años más tarde María Teresa conoció al poeta Rafael Alberti, quien se convertiría en su compañero para toda la vida. Vivieron juntos cuarenta años, entre los cuales compartieron la experiencia tremenda del exilio junto al compromiso político que a ambos ha caracterizado.
Durante la Segunda República, María Teresa se convirtió en una de las intelectuales más activas del momento. Participó en proyectos de renovación cultural y educativa, y colaboró con diversas propuestas de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, para luchar contra las injusticias de la dictadura. En esta época también se convirtió en una de las fundadoras del Museo del Pueblo, cuyo propósito era ampliar el acceso del pueblo al arte: permitir que las personas pudieran disfrutar de él sin necesidad de formar parte de la clase aristocrática.
La trayectoria de María Teresa de León está marcada por una doble marginación: Por un lado, el exilio, que apartó a toda una generación de intelectuales republicanos del relato nacional de la posguerra; por el otro, el ser mujer dentro del canon masculino del 27, donde el relato histórico y crítico se centró en las figuras de los hombres e invisibilizó el trabajo de mujeres enormes como ella o Concha Méndez, por nombrar tan sólo a dos de ellas. A través de su escritura, María Teresa de León consiguió dar testimonio de estas dificultades biográficas. Su obra incluye libros tales como Cuentos para soñar, Rosa fría, patinadora de la luna, Morirás lejos y Memoria de la melancolía. El suyo se considera uno de los testimonios más lúcidos sobre la guerra y el exilio republicano.
En 1963 el matrimonio de León y Alberti regresó a España, cuando ya el franquismo languidecía. Poco tiempo después, Teresa sería diagnosticada por el Alzheimer, que fue agrietando su memoria, hasta hacerla desaparecer. Falleció en Madrid el 13 de diciembre de 1988. Sus restos descansan en Majadahonda, con un epitafio de Alberti que dice «Hoy, amor, tenemos veinte años».

La escritura como espacio de reivindicación de la libertad
La memoria que perdura a lo largo del tiempo
La obra de María Teresa de León es una de las más sorprendentes muestras de las formas en que a través de la escritura se puede sobrevivir. La suya es una voz esencial del exilio republicano. La recordamos por haber sido una firme defensora de la cultura como forma de resistencia y del papel activo de las mujeres en la creación y la política. En sus textos, que se encuentran atravesados por la conciencia histórica, la ternura y el desarraigo, encontramos un perfecto equilibrio entre memoria íntima y colectiva.
Memoria de la melancolía sigue siendo al día de hoy una obra imprescindible para entender la vida de esta autora, su relación conflictiva y al mismo tiempo pasional con Alberti y el destino de toda una generación de intelectuales que se vieron empujados al desarraigo por defender la justicia y la libertad. Pero, seguramente, lo más potente de este libro es que resulta un necesario testimonio para exponer dos violencias que atravesaron la biografía de la autora: el franquismo y el silenciamiento por ser mujer.
En esta obra, María Teresa no sólo reconstruye el pasado, sino que además ofrece una interesante reflexión sobre la importancia de la memoria, volver a poner en palabras aquello que ha sido callado: escribir para que lo borrado vuelva a existir, para que las voces marginadas del proyecto republicano sigan resonando. A través de un tono muy cercano y tremendamente emocional, María Teresa de León ha conseguido rescatar la vibrante esperanza en una época donde la luz era escasa, y había que perseguirla con tesón.
Sin lugar a dudas es una de las autoras más importantes de la literatura española que veía la escritura no como un ejercicio para recordar sino para dejar constancia de «lo que fuimos». Te invitamos a zambullirte en su obra fascinante.

La obra más potente de María Teresa de León

Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.