La literatura en el periodismo activista de Claude Lanzmann

Hay que tener mucho tiempo para mirar completo el documental que realizó Claude Lanzmann sobre el Holocausto. Un documento auténtico, valiente y lúcido sin el cual el mundo no habría sido capaz de captar las consecuencias y el alcance del genocidio judío.

Lanzmann nos ha dejado y yo no he querido dejar pasar la oportunidad de rendirle mi pequeño homenaje, lleno de agradecimiento pero sobre todo de admiración. No sé si he conocido a un periodista que me haya generado tantas cosas.

Su valentía no tuvo límite al enfrentarse al rostro de algunos de los genocidas más crueles que vio la historia y preguntarles sobre el porqué de sus actos. Su mirada y su trabajo llenos de preguntas son sin duda un faro que podría servirnos a los que nos dedicamos a la información a hablar menos y preguntar y escuchar más.

Un documento ineludible sobre nuestra historia

Resulta difícil, después de más de medio siglo, aceptar que pasó lo que pasó. Que el ser humano fue capaz de causar tanto sufrimiento en personas individuales.

Pero lo que resulta más extraño y difícil de entender es que haya sido capaz de organizarse y sistematizar la violencia para aniquilar a un pueblo entero. Resulta difícil, aunque esto se venga repitiendo desde el comienzo de nuestra historia cuando el homo sapiens borró del mapa con sus herramientas sofisticadas y su cultura moderna a los neandertales. Desde entonces los pueblos que se han hecho con el poder a golpe de palabras y crucifijos han conseguido torturar y aniquilar a los más débiles.

Podemos pensar en los primeros viajes europeos al continente africano, que devinieron en la normalización de la esclavitud por considerar que los pueblos africanos no tenían alma, llegando en el camino a la conquista Europea de América que llevó a la extensión de numerosas culturas (diversas entre sí) a lo largo del largo continente. Pero no, hay que ir todavía más atrás: cuando los humanos entendieron que podían dominar a otros animales y convertirlos en esclavos. Ese fue el comienzo del cultivo de un poder que más tarde llevaría a nuestra especie a dominar en el reino animal. Sobre este tema hay una revisión histórica lúcida e interesantísima en el libro «Bestias de carga» de VV.AA. (Ochodoscuatro).

Pero la historia no se queda en el pasado; esa misma normalización de los colonizadores sobre los pueblos aparentemente más débiles (siendo esto producto de una realidad que los ha vulnerabilizado y que generalmente ha sido provocada por esos mismos conquistadores) es la que vemos a diario en las leyes de inmigración, en la dilapidación de las características de otras culturas, que transforman la incomprensión de sus costumbres en miedo que deriva en rechazo, rechazo que llama a la violencia, y cuyo último eslabón será dibujado por la resolución de la pregunta cerrada «sumisión o muerte».

¿Qué nos lleva a convertirnos en seres viles, crueles y odiantes?
¿Qué nos hace sentir el derecho de legitimar el maltrato y la tortura hacia los demás? Esta pregunta condicionó de punta a punta el trabajo de Lanzmann y es sin duda una de las que nos acompaña a muchos de nosotros, que buscamos en la escritura una explicación a tanto dolor y a tanta muerte injusta.

La liebre de la Patagonia

Además de haber sido un reportero impecable, Claude Lanzmann tenía una gran habilidad con el lenguaje, como escritor vale la pena destacar su libro «La liebre de la Patagonia» donde su sensibilidad alcanza cuotas extremas y podemos encontrar su vitalidad tan a flor de piel, su empeño por descubrir que la vida es dolorosa pero aún así merece la pena se halla muy presente en este trabajo.

Este libro es una autobiografía con estilo novelístico que habla más del tiempo que le tocó vivir que de las propias experiencias de Lanzmann. Nos permite adentrarnos en una época crucial de nuestra historia. Es un texto absolutamente literario que se ve atravesado por las voces de Sartre y Simone de Beauvoir y numerosos intelectuales parisinos con quienes se relacionó durante los años sesenta. Hay erotismo, drama, preguntas políticas y una mirada muy cinematográfica y visual, esa que caracterizó a Claude en todo lo que hizo. También el detrás de escena de «Shoah» ocupa un lugar importante en la trama de este libro. Cabe mencionar que estuvo trabajando en él once años.

Lanzmann hace en este libro un uso interesantísimo del salto atrás y adelante en el tiempo, además, intercambia recursos estilísticos: por momentos nos encontramos con un texto absolutamente literario pero de pronto se decanta por la oralidad y un coloquialismo cotidiano que le permite volverse más cercano. Asimismo, se encuentra atravesado de personajes de todo tipo que permiten que la obra tenga un ritmo que la vuelve ineludible. La experiencia personal y la colectiva se mezclan, los temas candentes de cada etapa, la voluntad de ser un observador y testigo de una época que ha marcado un antes y un después en la historia, todo eso podemos encotnrarlo en esta lectura.

«La liebre de la Patagonia» es un testimonio ineludible de nuestro siglo
y una lectura fabulosa para conocer a Lanzmann en todo su esplendor, con todos sus miedos, con sus búsquedas inagotables y su empeño por hacer de este un mundo más justo y libre. Y no hay que olvidarse de la voz en alto de Lanzmann criticando la ocupación francesa en Argel sin temer a las repercusiones. Aquí-ahí, la valentía. Todo esto también podemos descubrirlo en este libro que a modo de novela y libro de memorias nos muestra a un Lanzmann seguro de sus ideales, valiente, sincero, atrevido y sobre todo, hábil con el lenguaje, capaz de comunicar justo lo que quiere que entendamos.

Lanzmann se ha marchado de este mundo ruidoso pero nos ha dejado un contundente registro del tiempo que le tocó vivir, de nuestro tiempo, de nuestros dolores, de nuestras miserias. ¡No dejen de leerlo ni de ver el documental «Shoah» porque acercarse a Lanzmann es transformador como pocas cosas en la vida!

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