Jorge Luis Borges y su obsesión con los laberintos

Borges y su obsesión con los laberintos.

Jorge Luis Borges y su obsesión con los laberintos

Una mente que piensa sabe que toda decisión en la vida supone un nuevo camino desde cero. Al final, entonces, la vida es un mapa interminable y enmarañado de caminos cruzados o, planteándolo desde la iconografía de Borges, un tremendo laberinto. La fascinación de Jorge Luis Borges por los laberintos lo llevó a escribir de forma obsesiva sobre ellos. En este artículo veremos algunos ejemplos y la simbología que el escritor plasmó detrás de esta sugestiva imagen.
 
 

El jardín de los senderos que se bifurcan

Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y falleció en Ginebra el 14 de junio de 1986. Se lo considera uno de los autores más importante de la literatura de cambio de siglo (del XIX al XX). Publicó una gran variedad de obras que incluyen cuentos, poemas, ensayos y discursos. Entre ellos podríamos destacar El hacedor, Elogio de la sombra, El idioma de los argentinos, Ficciones y Borges profesor. En este artículo queremos centrarnos en una faceta curiosa de este escritor: su fascinación por los laberintos.

Un ejemplo claro de la fijación de Borges por los laberintos lo encontramos en el cuento El jardín de los senderos que se bifurcan, donde el autor nos presenta un laberinto literario en el que los caminos se entrecruzan y divergen infinitamente. Esta narrativa refleja su interés en la multiplicidad de posibilidades y, asimismo, nos permite comprender la noción de realidad que tenía el cuentista, donde no hay puntos ciegos sino vueltas y volteretas que siempre conducen hacia un sitio distinto.

Este cuento se incluyó en la colección de relatos de Ficciones, que vio la luz en 1944. Entre sus cualidades más distintivas podemos señalar la capacidad de Borges para combinar elementos de la metaficción, la filosofía y la narración. El protagonista de esta historia es Yu Tsun, un espía alemán que es perseguido en Inglaterra por un agente británico durante la Primera Guerra Mundial. En medio de esa compleja situación Tsun descubre un misterioso libro chino escrito por su abuelo cuyo título es El jardín de los senderos que se bifurcan. En sus páginas descubre un fascinante laberinto literario con tramas narrativas y bifurcaciones que crean una red compleja de posibilidades.

La premisa central del cuento es la idea de que todas las posibles acciones y eventos coexisten en un universo infinito de historias paralelas. La obra sugiere que cada elección que hacemos crea una realidad diferente, y todas estas realidades existen simultáneamente. Esta concepción del tiempo y la realidad es una manifestación del interés de Borges por la metafísica y la exploración de conceptos abstractos. Encontramos aquí una trama compleja y diversas capas narrativas, a través de las cuales el autor desafía las convenciones lineales de la narrativa y plantea preguntas profundas sobre la relación entre el autor, la obra y el lector.

Jorge Luis Borges y su obsesión con los laberintos

La obsesión de Borges por los laberintos

Además de este cuento, hay otras obras de Borges en las que los laberintos desempeñan un papel importante. En La biblioteca de Babel nos encontramos con una biblioteca que contiene todos los libros posibles y cuya estructura laberíntica es la que permite que ese infinito se materialice. No podemos dejarnos fuera, por supuesto, El aleph, que quizá sea el símbolo más preciso de lo que Borges entendía por laberinto: la infinitud contenida en elementos específicos y conformando un universo complejo y enredado. También los laberintos se asoman a través de formas circulares, tan presentes en cuentos como Las ruinas circulares, donde un hombre sueña con la creación de otro ser humano en medio de ruinas circulares, donde la realidad y la ficción hilan la tensión y el sentido. Tenemos también Los dos reyes y los dos laberintos, un cuento en el que el escritor argentino explora la dualidad en la identidad y imposibilidad de huir del destino, por muchos caminos y atajos que tomemos.

Estos son solo algunos ejemplos, ya que Borges abordó el tema de los laberintos de diversas maneras a lo largo de su obra. Utilizó el laberinto como metáfora de la condición humana, la búsqueda del conocimiento y la complejidad de la existencia, para, desde esa complejidad de los individuos, acercarse a una visión amplia y diversa de la realidad. Cabe señalar que esta fascinación por los laberintos no sólo se limita a su obra escrita, también se ve reflejaba en sus conversaciones y conferencias, donde la exploración de temas filosóficos y metafísicos desde la imagen contundente de los laberintos está muy presente.

Antes de terminar podríamos decir que la forma en la que este escritor supo trabajar con los laberintos no sólo desde las temáticas de sus textos sino también desde la estructura, dejando una constante reflexión sobre la complejidad de la realidad y del acto de contar historias, le otorgó a su obra un carácter único, y colaboró con su popularidad a nivel global.

Jorge Luis Borges y su obsesión con los laberintos



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