David Foster Wallace y el realismo histérico

Ensayos o cuentos fueron algunos de los trabajos literarios que realizó a lo largo de su carrera profesional el escritor estadounidense David Foster Wallace, quien lamentablemente puso fin a la misma, llena de éxito y de respaldo de público y crítica, en el año 2008 cuando se suicidó como consecuencia de una profunda depresión.

No obstante, donde más brilló dicho autor fue en el ámbito novelesco pues su mente privilegiada «dio a luz» a una serie de obras que encandilaron a los lectores y que además fueron incluidas entre algunas de las mejores de la última década. Este sería el caso, por ejemplo, de La broma infinita que se publicó en el año 2002 y que fue definida por la revista Times como una de las cien mejores novelas en inglés desde la década de los años 20  hasta el siglo XXI.

Dentro de lo que se ha dado en llamar realismo histérico se enmarca dicho libro que gira entorno a una película titulada como el nombre de este trabajo. Un film que hace que todos sus espectadores pierdan el deseo de hacer cualquier otra cosa en la vida que no sea ver aquel una y otra vez. Tanto es así, que muchos de aquellos morirán felices una vez que lo han visionado.

Una secta de alcohólicos anónimos y un tenista son dos de los grupos de personajes que se verán más afectados por esta citada producción cinematográfica que se convertirá en el objeto que más desean organizaciones y gobiernos de distinta índole para poder utilizarla en su propio beneficio.

La absurda realidad

La novela póstuma de David Foster Wallace, El rey pálido (2011), también consiguió atraer la atención del mundo literario y todo gracias a la singularidad de la historia que se cuenta. En concreto, aquella toma como escenario el Centro Regional de Examen de la Agencia Tributaria en Peoria, Illinois.

Y es que en él existen una serie de funcionarios que serán analizados por el protagonista quien irá descubriendo, poco a poco, la singularidad de sus personalidades y las diferencias existentes entre ellos.

Asimismo se dará cuenta cómo en ese momento unas fuerzas intentan ponerle fin a la dignidad y a la humanidad que gira entorno a dicho trabajo sobre el mundo recaudatorio y la hacienda.

Como hemos dicho, la novela es el género en el que más destaca David Foster Wallace. Sin embargo, hemos de reconocer que, de la misma forma, cuenta con una serie de trabajos que también desde luego sorprenden al lector. Entre ellos se encontraría el libro de cuentos que lleva por título La niña del pelo raro (1989).

En total diez son las cortas narraciones que dan vida a esta publicación en la que el autor lo que quiso hacer es una reflexión y una descripción de la parte más ridícula y absurda de la sociedad actual. Y para ello se analizan movimientos, tendencias y elementos muy presentes como, por ejemplo, pueden ser los concursos de televisión en los que los participantes están dispuestos a hacer cualquier cosa por sus minutos de gloria o el movimiento conocido como nihilismo punk.



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