Atrevido, irreverente, polémico, directo, “sin filtros”, excéntrico…Estos son sólo algunos de los principales adjetivos que se han usado para hacer referencia al escritor estadounidense Charles Bukowski (1920 – 1994). Un autor este, nacido en Alemania, que está considerado como una de las plumas más significativas de la literatura contemporánea de corte independiente, gracias a obras tales como La senda del perdedor (1990) o Escritos de un viejo indecente (1969).
Para muchos fue y es un icono mientras que para otros fue un escritor soez y vulgar, lo que nos muestra que a nadie dejaba indiferente. Precisamente por eso ahora queremos adentrarnos un poco más en su vida y en su obra analizando y descubriendo algunas particularidades que no todo el mundo conoce:
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Durante la década de los años 50 y 60 estuvo trabajando como cartero en Los Ángeles, con motivo de que había dejado temporalmente la escritura porque estaba defraudado con el mundo literario.
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A finales de la década de los 60 cuando aún no era demasiado conocido y ni había conseguido éxito como escritor, la editorial Black Sparrow Press, concretamente el editor John Martin, confío en él y en su calidad literaria. Por eso, le brindó una alternativa que le hizo dejar de trabajar en Correos: le daría un sueldo mensual de 100 dólares para toda la vida a cambio de que se dedicara a escribir.
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Se ha podido saber que tenía un serio problema con el alcohol, aunque nunca quiso reconocerlo. De ahí que exista la “leyenda” de que la primera palabra que pronunció su hija (Marina) fue licor.
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Para muchos su literatura es el reflejo del lado más decadente de la sociedad, ya que en la misma toman protagonismo vagabundos, desempleados y deprimidos.
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Se considera que el gran amor de su vida fue Jane Coone Baker, que era mayor que él y que era una viuda con problemas con el alcohol.
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Murió por culpa de la leucemia en un rancho de San Pedro (California) a los 73 años, junto a su esposa, que era 24 años más joven, y rodeado de ciertos lujos como fueron un automóvil BMW y una importante bodega formada por vinos muy caros.
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Como hemos mencionado al principio, siempre se destacó de Charles Bukowski su sinceridad y “grosería”. De ahí que no dudara en insultar a la cara con la palabra “mierda” tanto al trabajo del autor Allen Ginsberg como al reconocido actor Arnold Schwarzenegger.
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Con 72 años de edad descubrió que era capaz de escribir sin necesidad de haber tomado alcohol previamente.
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Cuando le diagnosticaron leucemia y supo que ya le quedaba poco tiempo de vida se refugió en el budismo para conseguir sobrellevar la enfermedad. De ahí que al fallecer su ataúd fuera portado por tres monjes de dicha doctrina religiosa y filosófica.
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Otra de las curiosidades más interesantes de su vida es que mantenía una estrecha amistad con el actor Sean Penn.
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Varios de los títulos de sus obras están considerados irreverentes: La máquina de follar (1978) o Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones (1978).
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También realizó sus incursiones en el cine. En concreto, acometió la escritura del guión de Barfly (El borracho, 1987).
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