Acercándonos al estilo de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez es mucho más que el poeta que en vez de escribir «g» antes de «e» o «i», escribía «j»; ése es tan sólo su sello gráfico, pero sin eso igual habría sido grande.

Su obra tiene aromas, colores y una pureza estremecedora. ¿Quién no ha sentido fuertes deseos, luego de leer un poema suyo, de volcarse a la poesía para siempre? (La poesía se acerca a uno sin pedir permiso, pero generalmente lo hace a través de otros poetas)

Juan Ramón Jiménez a grandes rasgos

Juan Ramón Jiménez es uno de los literatos más completos de España, su prosa narrativa es un verdadero tesoro que ilumina la literatura española.

En toda la obra de Juan Ramón se puede descubrir un sentimiento profundo de tristeza, de desazón por las pérdidas y un anhelo latente de esa infancia perdida.

Cuando descubrí a este poeta tendría unos 10 años, su obra «Platero y Yo» me obsesionó, no podía dejar de leerla; luego me interesé por su poesía, y ya no pude despegarme de ella.  Juan Ramón Jiménez es de los poetas que me han acompañado y que siguen enseñándome cosas nuevas cada día.

Según Juan Ramón Jiménez, la belleza se encuentra en la naturaleza, en los colores de la vida que fluye a su alrededor, los árboles, las flores, la desnudez, elementos siempre presentes en su obra, para adornarla y darle un movimiento único.

Los temas reincidentes en su obra son el amor, la naturaleza humana, la esencia de las cosas, el mar, la vida, la niñez, el tesoro del recuerdo, Moguer, su pueblo natal del que escribe:

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Según los críticos de la poesía, la obra de Juan Ramón Jiménez se encuentra dividida en tres partes: una extremadamente sensitiva, la otra intelectual y la última verdadera.

Etapa sensitiva

En la etapa sensitiva se incluyen sus poesías sobre las estaciones, sobre la infancia, los recuerdos y encontrándose también parte de su prosa poética, como «Platero y Yo».

Pese a que en esta etapa se dedicó más a explayarse sobre sentimientos propios y crear una poesía de las emociones, creo, a diferencia de lo que suele afirmarse, que también en esta etapa podemos hallar a un poeta comprometido con la realidad y la memoria, que buscaba recuperar lo bueno que se hubiera perdido en el camino. Sus imágenes, siempre detallistas son una prueba de ello.

En esta primera etapa su obra es mucho más intimista, con una rima asonante y mucha musicalidad. Esta etapa es de colores ocres, regada de nostalgia y melancolía y por el deseo de un amor utópico, capaz de llevarlo a sentir la vida en cada uno de sus músculos, un amor eterno, que lo abrace y lo llene de dicha.

Etapa intelectual

La segunda etapa es un poco diferente al anterior pues en ella el poeta parece intentar acercarse a la realidad y explicarla, huyendo de las formas irregulares de las emociones.

En esta etapa aparece un elemento nuevo en su poesía que será muy significativo de ahí en adelante, el mar. A través de la inclusión de esta pieza el poeta crea fascinantes metáforas acerca de la vida, la soledad, el gozo, y la eternidad, el mar simboliza todo eso para él.

Es en esta etapa donde el poeta se vuelca por una visión más trascendental de la existencia y busca en el razonamiento las respuestas a cientos de preguntas existenciales.

A través de la poesía y del razonamiento el poeta intenta explicar la muerte, e incluso salvarse de ella, eternizarse como la poesía es eterna. Abandona las estructuras poéticas y musicales para volcarse por una expresividad más pura, más esencial.

De todas formas, personalmente, considero que en esta última etapa siguió manifestando ser un poeta intimista y sumamente detallista.

Etapa suficiente o verdadera

La última etapa de la obra de Jiménez es la más comprometida a nivel social, cuando el poeta debió exiliarse de España, durante la Guerra Civil.

Sus poemas de esta época también están enfocados a la búsqueda de la belleza y la perfección pero en su mayoría manifiestan un profundo interés de Jiménez por recuperar la República española y la armonía en la tierra.

Surgen obras en las que, en un intento de entender la perfección, el poeta se identifica con Dios a fin de comprender el curso político de las cosas desde una posición neutral. Surgen obras como «Animal de fondo», «Tercera antología poética», «En el otro costado» y «Dios deseado y deseante». Ese Dios que buscaba Juan Ramón estaba en su obra, escondido en su interior y se manifestaba en su poesía de una forma inexorable.

Considero que la poesía de Juan Ramón no sólo posee una belleza imprescindible para aquellos que amamos la lírica, sino que también puede enseñarnos mucho acerca de cómo jugar con las palabras, y hacer de la escritura nuestra forma de expresión más necesaria.

Les dejo una preciosa declamación de «El viaje definitivo», uno de los poemas más bellos de Jiménez y que dice mucho más que lo que expresan las propias palabras.

Comentarios1

  • Javier.Monetti

    ¿De donde has sacadó la información de las etapas? Es que tengo otras páginas abiertas y me sale información diferente y no se de cual fiarme.
    Gracias



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