¿A qué huelen los libros?

Hay términos que de alguna forma se encuentran vinculados a la literatura, y han establecido con ella una relación estrecha. Algunos de uso cotidiano, otros menos conocidos pero no por eso menos importantes. Lignina, es una palabra que pertenece al segundo grupo. ¿Recuerdas esa costumbre de la infancia que consistía en meter la cabeza dentro de un libro y aspirar con todas las ganas hasta sacar ese aroma increíble de las páginas? La responsable de que los libros huelan así es precisamente la lignina.

 
 

La lignina en los libros viejos

La lignina es una sustancia natural presente en la pared de las células vegetales y cuya función en la vida de las plantas consiste en aportar rigidez y resistencia al paso del tiempo. Una de sus cualidades principales es que las paredes membranosas que forman al unirse unas a otras no se pudren fácilmente, lo que le asegura a las plantas una larga vida. Es además la lignina la responsable del aspecto leñoso del tronco de ciertas plantas. Además, al fortificar la pared del tronco de las plantas impide que los microorganismos las penetren, lo que colabora con su bienestar. Es decir, en la vida de las plantas es uno de los componentes principales.

En la antigüedad los libros se hacían con compuestos vegetales poco esterilizados, lo que los llevaba a conservar sus características. El aroma de los libros viejos está estrechamente vinculado con los compuestos que forman sus hojas y la lignina presente en el material vegetal utilizado en la fabricación de los libros es la responsable de que con los años, éstos despidan ese aroma característico. La explicación es que con el correr de los años la lignina se va deteriorando; esto provoca que las hojas de los libros comiencen a volverse amarillas y que se impregnen del olor que conocemos como «de libro viejo». No es otra cosa que la transformación química de este compuesto: el proceso de oxidación rompe la celulosa y nos ofrece este feliz aroma.

En la actualidad el aroma de los libros es menos intenso y hasta más artificial porque los componentes que se utilizan son menos naturales. Hay que tener en cuenta que debido a las exigencias del mercado actual, en el que hay que publicar un altísimo número de ejemplares y ediciones se ha vuelto imprescindible el aprovechamiento de nuevos recursos, no naturales, para poder alcanzar los objetivos que se esperan.

Nuestro amor por los libros

El aroma a nuevo de las cosas nos seduce. Compramos algo y enseguida estamos oliéndolo para comprobar su esencia aromática. Ahora bien, ¿por qué los libros viejos tienen un aroma más intenso que los nuevos? Podríamos alegar aquí lo dicho en el párrafo anterior, que se utiliza otro tipo de material en la fabricación de libros. No obstante, siguen siendo imprescindibles las plantas para la elaboración de libros, por lo que no debería sorprendernos que muchos de los libros que hoy olemos buscando ese aroma de la infancia, en unas décadas igual sean capaces de ofrecer ese elixir para nuestro sentido del olfato.

Vivimos para experimentar. Para que nuestros sentidos nos demuestren qué es la vida y cómo puede apreciarse. Y, si bien la literatura ha evolucionado muchísimo y al día de hoy muchos de nosotros acostumbramos leer en formato digital, el papel sigue atrayéndonos como el primer día. Y es que parte del ritual de la lectura consiste en observar las hojas, intentando conocer a qué huelen y cómo se ven; algo imposible de momento en la lectura digital. Quizás sea la lignina una de las responsables de que el libro en papel no desaparezca del todo.

Y dicho todo esto sólo me resta animarte a zambullirte en la biblioteca para percibir ese aroma delicioso de los libros de la infancia; ese tiempo sin herida, sin pérdidas, donde la vida parecía una cosa extensa y agradable que nunca dejaríamos de disfrutar. Y aunque nuestra forma de entender la vida haya cambiado mucho por las experiencias que nos ha tocado experimentar, el aroma delicioso de los libros seguirá atrayéndonos y generando en nosotros esas sensaciones inigualables. ¿Quién iba a decirnos que algo tan ordinario en la naturaleza vegetal como la lignina sería capaz de conquistarnos de tal forma?



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