2 novelas de Pablo Aranda

Te recomendamos estas dos novelas del escritor malagueño Pablo Aranda.

Se nos ha ido Pablo Aranda y seguimos sin aceptarlo. Lo conocí poco pero al igual que todos sentía por él un gran cariño, porque eso es lo que provocaba Pablo en todos. Su capacidad para manejar el sarcasmo en sus columnas y en su vida, su manera de preguntarte, de preocuparse por cualquier cosa que quisieras contarle. No nos queda más que seguir leyéndole, abrazarle a través de los libros, quedarnos en ese universo que supo crear y sostener en sus años de trayectoria. Mi propuesta van a ser estas tres novelas que merecen mucho la pena. Que nadie deje de leerlas. Querido Pablo, gracias.

«El protegido»

Conocemos a Jaime, el protagonista de «El protegido» en un plaza, esperando para ver a su hijo. A medida que avanzamos en la lectura vamos descubriendo la catarata de hechos que han tenido lugar antes de que él esté ahí, frente a nosotros, con la tristeza y la ira trepándole mundo adentro.

El tono de «El protegido» y la construcción de sus personajes es una de las cosas más destacables de esta novela de Aranda. Quizá sea una de mis favoritas, ahora que lo pienso. Hay en esa novela un juego constante con los cimientos de la novela negra pero llevados al terreno del realismo social: y es ahí donde Pablo ha sabido lucirse; porque supo encontrar la forma de contarnos historias con una buena tensión de misterio sin dejarse fuera la reflexión en torno a la vida, las emociones y la realidad.

Otro elemento que me parece sumamente exquisito en esta novela es su forma de trabajar los opuestos. No hay buenos y malos. No todo es tan oscuro o tan luminoso como parece. Depende del prisma con que se mira la realidad, los colores que pueden rescatarse de ella.

Como historia, «El protegido» es buena, pero como narración es exquisita. Porque esta misma historia en otra voz es posible que hubiera pasado desapercibida frente a nosotros, pero en la mirada y en la narrativa de Pablo adquiere un carácter inolvidable. A través de esta novela podemos entender aquello de que importa más cómo se cuenta algo que lo que en realidad transcurre en la narración.

«El protegido» es una novela, entonces, contundente, llena de matices y de posibilidades que nadie debería perderse. Una excelente forma de acercarse al universo creado por Pablo Aranda.

En Poemas del Alma puedes encontrar la reseña completa de esta novela de Aranda.

«La distancia»

El título «La distancia» es bien representativo de la historia que narra. Todos los personajes que aparecen están fracturados, echan de menos algo, ansían algo que no han tenido jamás (una especie de melancolía de origen misterioso), se sienten descolocados… Ya partimos con la sensación de extrañeza pegada en el cuerpo. Y no nos abandona durante el resto de la lectura.

Tenemos así un joven malagueño que se enamora de una mujer marroquí y atraviesa una serie de barreras con tal de conquistarla. La sensación de extranjería en un español que nunca ha dejado su tierra. La orfandad de un joven que lo lleva a entender que estaba solo desde mucho antes de la pérdida. A través de ellos, Aranda nos va presentando un mundo que parece un inmenso rompecabezas cuyas piezas jamás encajarán. Esa sensación de que el mundo está roto y de que a medida que mayor sea nuestro conocimiento de él, mayores serán las fracturas, es otra constante en la obra de Aranda. No el pesimismo, pero si la certeza de que es mejor aprender a vivir desde la herida que con el deseo de borrarla.

Asimismo la conexión entre estos personajes se da aquí a través de objetos que a simple vista pueden resultar totalmente cotidianos y vulgares, pero que en la narrativa de Pablo adquieren un peso extraordinario. Los objetos que conectan a las personas y sus historias. Los objetos como receptores de la energía y de las emociones, como canales a través de los cuales la vida se ramifica. Creo que en este punto está uno de los grandes logros de esta novela, que también me parece muy recomendable.

Aquí puedes leer la reseña completa de «La distancia» de Pablo Aranda

Se nos ha ido Aranda. Te nos fuiste, Pablo. Pero nos quedan sus novelas. Sigámosle leyendo con el mismo entusiasmo que él imprimía en nosotros, para seguir conversando a través de la literatura.



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