María Menéndez-Ponte, respuestas en 280 caracteres

Con el objetivo de visibilizar una problemática de alcance mundial como lo es el bullying, una realidad que lamentablemente afecta a muchos niños y jóvenes, la escritora María Menéndez-Ponte dio origen a “Nadie es invisible”, una opción de lectura para chicos de entre 8 y 10 años de edad que se enmarca en la serie “El club de los valientes”.

Al hacer foco en la producción de esta experimentada autora gallega descubrimos, además, una gran cantidad de personajes e historias que buscan entretener y dejar enseñanzas a los lectores más jóvenes y a quienes ya entraron en la adolescencia. También hay alternativas dirigidas a los adultos, permitiendo así que distintas generaciones de una misma familia se unan a través de la literatura.

“Pupi y Pompita en las cuevas del Drach”, “El águila y la liebre”, “El rebaño fantasma”, “Sombras en la noche de San Juan”, “El poso amargo del café” y “Nunca seré tu héroe” son otras obras creadas por esta talentosa narradora que recientemente ha firmado ejemplares en la Feria del Libro de Madrid.

Vale la pena descubrir a esta gran exponente del ámbito de las letras, acercarse a sus ficciones y ponerse en contacto con ella, que vuelca sus novedades profesionales en un sitio web identificado con su apellido e interactúa con sus seguidores mediante las redes sociales.

– En base a tu experiencia, ¿cuáles son las mayores ventajas de inventar historias para entretener a hijos, sobrinos o nietos?
– Nos construimos en base a las palabras, y las historias nos hablan del mundo en que vivimos, de la gente, de sus conflictos y sentimientos… La narración oral desarrolla lazos de unión muy profundos, la empatía y un sentido del ritmo.
– A nivel personal, ¿qué enseñanzas o lecciones te ha dejado la elaboración de “Mi asperger y yo”?
– Lo importante que es comprender a las personas desde su mundo, la riqueza tan
grande que constituyen las diferencias y lo mucho que nos queda por aprender sobre las conexiones de la mente y sobre los sentimientos.
– ¿Con qué intenciones desarrollas libros para lectores jóvenes y cómo te las ingenias para intentar captar su atención?
– Trato de escribir una buena historia con personajes de carne y hueso que atrape al lector y le remueva por dentro. Tengo la fortuna de que se identifican con ellos y les llegan muy dentro. He pasado muchos años con jóvenes y me interesa todo lo que me cuentan. Eso me da ventaja.
– De la saga de Pupi, ¿cuál es el volumen que más satisfacciones te ha dado? ¿Razones?
– Más que un libro en concreto es el personaje en sí, que ha calado en los niños de un modo absoluto: lo adoran, creen que existe de verdad, les divierte y se identifican plenamente con él. “El cumpleaños de Pupi” está entre sus favoritos y coincido con ellos.
– ¿Qué es, desde tu punto de vista, lo más complejo de dedicarse a la literatura infantil y juvenil?
– Tener que luchar con lo políticamente correcto y con la manía de adoctrinar al niño: libros para que el niño aprenda a comer bien, a ser responsable… La literatura es un valor en sí misma cuando es buena. Y me parece atroz la caza de brujas que hay contra los libros clásicos.