Twitter me ha permitido entrar en contacto con Luis Lezama Bárcenas, un periodista y escritor hondureño que reside desde hace tiempo en la ciudad de Buenos Aires.
Como en Poemas del Alma, semanas atrás, hicimos foco en la figura de este autor porque le concedieron el VIII Premio Centroamericano Carátula de Cuento Breve en reconocimiento a su obra titulada “Ni hermosos ni buenos”, valía la pena proponerle una tuittrevista para conocer más sobre su actividad literaria.
Después de apreciar las respuestas que Luis elaboró limitado por 280 caracteres, cada uno decidirá, en función de sus intereses y preferencias, si le da una oportunidad a los textos de Lezama Bárcenas. En caso de querer dejarse seducir por la producción del también ganador de la Medalla al Mérito Gabriel García Márquez en el marco del XI Concurso Internacional de Cuento Ciudad de Pupiales, tengan en cuenta opciones como “El mar no deja olvidar” y “Bañar al bebé”.
– Además de un premio, ¿qué te ha dejado la elaboración de “Ni hermosos ni buenos”?
– Además de encontrar un mundo que contar, ha sido la confirmación de lo central que es el personaje. El escritor primerizo se preocupa más por la trama, el argumento y sus personajes vienen siendo accesorios; con este cuento descubrí y probé que el personaje lo contiene todo.
– Si “Bañar al bebé” fuera producción ajena y leyeras la obra, ¿cuáles serían tus conclusiones o comentarios críticos?
– Concluiría que hay un escritor en ese cuento, pero que es un cuento desechable. Me gustan los cuentos que se pueden leer cien veces; “Bañar al bebé” se puede leer un par de veces; después digamos que pierde mucho de su efecto porque está muy puesto sobre la sorpresa del final.
– ¿Qué le enseña tu “yo periodista” a tu versión como escritor y viceversa?
– El periodista al escritor le enseña la concisión y la claridad, ese no querer hacerse siempre el artista, como decía Hemingway. Y el escritor al periodista le enseña a ir más allá de los hechos, bucear en el misterio de la personalidad de cada persona; ahí está la vida.
– ¿Cómo se desarrollan, bajo qué condiciones, tus momentos de creación de historias?
– La materia para un cuento es una especie de emoción o sensación en la que trato de penetrar, o incluso de potenciarla, hasta que finalmente escribo. Pero antes hay que pensarlo mucho; la emoción por sí sola no es el cuento, sino el sentido que pueda crear esa emoción.
– ¿Por qué elegiste Buenos Aires para formarte como periodista y autor?
– Le dicen la capital de un imperio que nunca existió. A mí me parece que es una ciudad herida, hiriente, insomne, pero hermosa; a veces creo verla caminando con el maquillaje corrido y los tacones en la mano un lunes por la mañana. No sé si la elegí, pero definitivamente la amo.
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