Mirjam Pressler

Una infancia difícil tuvo la alemana Mirjam Pressler, una mujer que nació el 18 de junio de 1940 en Darmstadt y que logró, a través de sus libros, llevarle entretenimiento y un espacio de distracción a muchos niños.

Mirjam PresslerTras criarse con padres adoptivos hasta los once años de edad, esta autora que desde pequeña encontró refugio en la lectura estuvo en un internado católico. Ya de más grande, instalada en Israel, vivió la experiencia de residir un tiempo en un kibutz.

Mirjam, quien se casó, tuvo tres hijas y se divorció, asistió a la Academia de Bellas Artes perteneciente a la Universidad Ludwig-Maximilians para instruirse en pintura, además de formarse en idiomas.

“Chocolate amargo” marcó el debut como novelista de esta alemana que, hasta entonces, se sostenía económicamente trabajando en un local de indumentaria. El libro tuvo un buen nivel de ventas y la animó a ampliar su producción. “Arañazos en la pintura”, “Y por fin habló”, “Gatos de noviembre” y “Si llega la suerte, ponle una silla” son otras de las obras de su autoría disponibles en español.

A comienzos de la década del ’90, Pressler, a pedido de la Casa de Ana Frank, hizo la traducción completa del “Diario de Ana Frank”. Desde entonces, se animó a traducir al alemán textos del holandés, hebreo e inglés, labor que, en 1994, la convirtió en merecedora del Premio Especial de Literatura Juvenil Alemana. También la Carl-Zuckmayer-Medaille ha realzado su figura en recompensa al conjunto de sus publicaciones, mientras que en 2018 recibió la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania, por mencionar otro de los reconocimientos que obtuvo.

“Días de sorpresa”, “Nathan y sus hijos”, “Solo hay que atreverse” y “Un libro para Hanna” diversifican el legado de esta mujer que, víctima de una extensa enfermedad, encontró la muerte el 16 de enero de 2019 en la ciudad alemana de Landshut, donde descansan sus restos.



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