José Joaquín de Larriva

En 1780, la familia conformada por Ignacia Ruiz y Vicente Larriva se amplió con la llegada de José Joaquín de Larriva y Ruiz, quien nació en Lima y, al crecer, consiguió notoriedad a escala internacional por sus actividades como periodista y escritor. Además de destacarse en Perú como el “primer poeta cómico”, este hombre sumó experiencia como clérigo.

Quien fuera alumno del Real Convictorio de San Carlos dio clases de Filosofía y, tras graduarse en Artes, se sumó a la Universidad de San Marcos poniéndose al frente de diversas cátedras y como estudiante de Leyes. Por ese entonces, pese a carecer de una vocación religiosa auténtica, decidió ingresar al Seminario Conciliar de Santo Toribio y se formó como presbítero.

En 1809, De Larriva se recibió de Bachiller en Cánones y tres temporadas más tarde fue nombrado Capellán del Regimiento de la Concordia bajo el grado de coronel. En materia periodística, demostró su perfil satírico desarrollando artículos para “El Cometa”, “El Argos Constitucional” y “El Investigador”. También publicó notas en “El Nuevo Depositario”, “La Nueva Depositaria”, “El Telégrafo” y “Mercurio Peruano”.

De su autoría son, asimismo, “La ridiculez andando o La medalla de López”, las fábulas “El mono y los gatos” y “La araña”, la epopeya burlesca “La Angulada” y la obra “El fusilico del general Flores”, por ejemplo. Para que estas producciones no queden en el olvido, el coronel Manuel de Odriozola resolvió compilar los textos en verso y prosa de este escritor para darle contenido al volumen dos de “Colección de documentos literarios del Perú”.

José Joaquín de Larriva, quien supo pronunciar discursos laudatorios y fúnebres que tuvieron en su época una gran repercusión (entre los cuales aparecen “Oración fúnebre en las solemnes exequias celebradas por los valientes de la Patria que murieron en la batalla de Junín” y sus palabras en honor a los “Ilustres jefes y oficiales del Ejército Real asesinados por los enemigos en la Punta de San Luis”), encontró la muerte el 21 de febrero de 1832.



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