El buen desempeño literario que demostró durante varios años el italiano Giosuè Alessandro Michele Carducci llevó a este hombre nacido en Valdicastello el 27 de julio de 1835 a ser reconocido a escala internacional como un gran representante de las letras de su país.
Durante su juventud, este descendiente de un médico rural decidió abandonar Maremma, la región que lo vio crecer, para trasladarse a Pisa, donde estudió Filosofía y Letras.
Su pasión por el universo literario no sólo lo llevaría a probar suerte como escritor a través de títulos como «Juvenilia» y «Levia Gravia» (obra que, en principio, había escondido la verdadera identidad del autor tras el seudónimo de Enotrio Romano), sino también como docente, una faceta que cultivó en diferentes instituciones durante más de cuatro décadas.
Si bien Carducci, quien en 1859 había iniciado junto a Elvira Menicucci una familia que tiempo después se completaría con la llegada de cuatro hijos, sentía una gran atracción por las letras, el también creador de propuestas como «Primavera helénica», «Odas paganas», «Oda a Garibaldi» y «Rimas y ritmos» no dudó en demostrar su oposición hacia el papado, la monarquía y el sentimentalismo romántico que parecían reflejarse en la literatura de su época. Desde su punto de vista, resultaba más enriquecedor recuperar el espíritu pagano en materia religiosa y volver a las formas clásicas a nivel literario.
En 1906, la figura de este talentoso poeta cuya obra ha sido traducida a lo largo del tiempo a numerosos idiomas resultó enaltecida por la decisión de un grupo de expertos de concederle el Premio Nobel de Literatura. Aunque el fallo obtuvo, en líneas generales, un fuerte respaldo, no faltaron los críticos que sostuvieron que se galardonó a Carducci sólo porque ya no le quedaba demasiado tiempo de vida. En efecto, Giosuè Carducci encontró la muerte en Bologna poco después, el 16 de febrero de 1907.
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