Crear el habitáculo propicio
para la recepción de lo sublime.
 
Reservar un espacio
para la música inaudita,
paraíso del tiempo.
 
Contener el aliento
ante la perspectiva inalcanzable
 
y ser capaces
de seguir viviendo.
Volver a Antonio Fernández Lera


 
                      
			
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.