Hoy como ayer, mañana como hoy,
¡y siempre igual!
Un cielo gris, un horizonte eterno
y andar... andar.
Moviéndose a compás, como una estúpida
máquina, el corazón.
La torpe inteligencia del cerebro,
dormida en un rincón.
El alma, que ambiciona un paraíso,
buscándole sin fe,
fatiga sin objeto, ola que rueda
ignorando por qué.
Voz que, incesante, con el mismo tono,
canta el mismo cantar,
gota de agua monótona que cae
y cae, sin cesar.
Así van deslizándose los días,
unos de otros en pos;
hoy lo mismo que ayer...; y todos ellos,
sin gozo ni dolor.
¡Ay, a veces me acuerdo suspirando
del antiguo sufrir!
Amargo es el dolor, ¡pero siquiera
padecer es vivir!
Volver a
Gustavo Adolfo Bécquer
Comentarios11
Sí de las caídas del corazón, la vida ya no es vida, ni siquiera se sabe que es...
Nos habla de como pasamos los días sin hacer nada relevante porque nuestro cerebro se halla adormecido.
Nos habla de como sigue la vida, por el ritmo incesante de nuestro corazón y como desperdiciamos los momentos valiosos.
A mí me transmite eso.
Me encanta Bécquer, me inspira.f
Un saludo a todos.
Debes estar registrado para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.