Maurice Echeverría

Poemas de Maurice Echeverría

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Maurice Echeverría:

Apenas te veo...

Apenas te veo, o antes de verte,
en lo mínimo del encuentro,
ya presiento que lo que nos rodea
es nuestra trampa,
que el cielo tiembla.

Pero nos salvamos, amorosos, de lo negro.
Nos salvamos de esa penumbra de teatros
que otros llaman mundo
y nosotros llamamos cosa, disparidad, tontería.

Un romance retro

A lo lejos,
los espantapájaros distantes
se hunden en su gloria.

Escuchar la máquina contestadora,
descubrir que nadie llamó
a tiempo.

Haciendo turnos
en las filas
y los itinerarios,
las criaturas se excusan y no saben por qué.
Promueven sus sonrisas frías,
mientras silban canciones
de décadas irreconocibles.

Quiero mirarte...

Quiero mirarte, dejar encendida la luz.
Quiero no estar seguro de mis cegueras,
encender las esquinas de esta cama constante.

Porque demasiado sabemos de las cosas tristes
y de las cosas mudas, y demasiado
de los ojos, los apenas-ojos
de los cadáveres rosados.

Hoy es preferible dejar encendida la luz.
Oigamos el rumor de la ventana.

Cuerpo

Compruebo apodíctico la evidencia
del hueso
atónito
Aquí soy, aquí entiendo el rasgo roto
el rostro perpetrado
la luz tardía, la tardía luz
de este templo
de deformadas deidades
tejidos y

Escupir dedos

catalepsia

Pálidos se muestras los bordes
líquidos: es el
panteísmo de algún licor,
la substancia sola
de la embriaguez desnuda.

Llueve. Crispadas las uñas se pudren
en los bares necesarios.

Nil admirari

Yo vivo para el crimen,
pero para el crimen de cada día,
el crimen sin porvenir.
Es por eso que paso y camino por esta ciudad
vegetante,
tercermundista
(Guatemala,
que es como una especie de Latinoamérica
de América Latina),
sin bellos poetas en las esquinas,
muy parecida a sí misma cada vez,
quizá porque no es una ciudad,
quizá es sólo la fosilización de un espacio.
Es muy fácil matar aquí
por ésas y otras razones,
matar digamos a los cacerberos ignorantes
y anónimos, tantos los hay,
cercenar las ubres inútiles por donde vagos
críos narcotizados itnentan alcanzar la noche,
sentarse a reír hasta que caigan los dientes.
La ciudad se ofrece para dos cosas:
la zootecnia, por un lado,
y por el otro el crimen inútil,
el crimen eficaz y perpetuado,
que debuta sin gala esta tarde,
como lo hizo ayer, una vez más.

Urbe

No: no los otros son mejores
el niño atrofiado
en el sentido de que no están conscientes los odia
sus formas de ajar los odia a todos
de irrumpir en la realidad están allí, cicatrizados,
nada saben y su brutalidad oh indigestos
consiste en lamer hospitales
histéricos de hueso
esqueletos deflagrados por las calles hambrientas

El comportamiento humano en sociedad
el niño ha optado
por hacer de sí otra cosa
y hoy responde a una especie de rapto sepultarlos
a todos
es el rapto de la lucidez
hacerlos humanos en la muerte
en ese enrarecimiento que es la muerte
devolverlos a una piel
negra y humana la mucosidad del silencio