Primero.
Duelen las farolas. Un papel 
volante gris escapa 
la calle que me lleva al parque
regresa a mi
al ojo de mi padre
abriéndome la puerta.
Segundo.
Alrededor las formas
que vagaron
la vida más querible
cuando aún no la sabía. 
Después todos los bancos                                  
lánguidamente recostados a mi espalda
fueron tibio hospedaje del adiós.
Tercero.
Eran tus manos de azahar
dormidas sobre mí,   
besé llorada la pintura
que rompió la noche 
-dos mitades como dos fantasmas 
aplazaron el mar-
nosotros sombra tumbada
en el instante en que te pierdo.
Cuarto.
Y así reconocimos el amor
que habíamos usado
tanto tiempo tanto tanto
ajado en los cajones a limpiar
enjabonados aposentos
soy aún el cuadro a remozar                          
                                                                   
Quinto.
Quedamos olvidados 
en las tablas,
apenas un galeón 
nos mira y pasa. El casco
hundido no nos ve 
cubiertos de salitre
¿a quienes reclamar
nuestra verdad?
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Rafael.
resumida en poema,
un profundo dolor
una pesada pena....
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