Ésta que era una niña de cera;
pero no era una niña de cera,
era una gavilla parada en la era.
Pero no era una gavilla
sino la flor tiesa de la maravilla.
Tampoco era la flor sino que era
un rayito de sol pegado a la vidriera.
No era un rayito de sol siquiera:
una pajita dentro de mis ojitos era.
¡Alléguense a mirar cómo he perdido entera,
en este lagrimón, mi fiesta verdadera!
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Gabriela Mistral
Comentarios7
es muy delicado hacerse cargo de los poemas de una gran escritora..
que ni mas ni menos es chilena...
gacias por dar la informacion necesaria de la poetiza..
se despide cordialmemnte paulette elsitdieh..
paulette_e_@hotmail.com
manden un correo de vuelta para acegurarme de que lo recibieron..
adios..
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