Recuerdo que una tarde de soledad y hastío,
¡oh tarde como tantas!, el alma mía era,
bajo el azul monótono, un ancho y terso río
que ni tenía un pobre juncal en su ribera.
¡Oh mundo sin encanto, sentimental inopia
que borra el misterioso azogue del cristal!
¡Oh el alma sin amores que el Universo copia
con un irremediable bostezo universal!
*
Quiso el poeta recordar a solas,
las ondas bien amadas, la luz de los cabellos
que él llamaba en sus rimas rubias olas.
Leyó... La letra mata: no se acordaba de ellos...
Y un día ?como tantos?, al aspirar un día
aromas de una rosa que en el rosal se abría,
brotó como una llama la luz de los cabellos
que él en sus madrigales llamaba rubias olas,
brotó, porque un aroma igual tuvieron ellos...
Y se alejó en silencio para llorar a solas.
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Que poema tan especial, y muy diciente. Felicitaciones Maestro. En las letras se puede hacer sentir lo que el alma quiere expresar.
UN POEMA PARA DEDICAR, YA QUE SON LETRAS DICTADAS POR EL CORAZON, ESCRITAS POR LA RAZON, FELICITACIONES...
Muy hermoso poema; me llegó al alma. Son melodías y notas de nostalgia que a veces, se sienten en algunos momentos de la vida.
Gracias
hERMOSO!!!!!
bellamente bello.
Hermoso poema,grandes letras para un gran poeta...
Este poema es lo más grande. Libera un exquisita sencillez, que sólo azoga su propio espejo.
Estupendo poema.
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