A mi cazador
Soy la gacela enamorada ¡Dios!
de mi nocturno cazador que viene
al bosque con las ansias de mis astas,
mis ancas, mis rodillas y mis hombros.
Si están los cielos vistos, si los astros
asoman su hermosura de universo,
si el cierzo va soltando ya a las aves
y mi nocturno cazador no llega,
los ojos se me vuelven aguas mustias.
Yo advierto aquella fuerza de su lanza,
su afán sin pausa alguna de mi carne,
su prisa por volcarme sobre el suelo,
por malherir mi vientre y voy a prisa
a aquel encuentro con mi propia suerte.
Me ofrezco a su lanzazo. Yo le pido
que me abra entera a la caliente muerte.
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Comentarios9
MARAVILLOSO SOMBOLISMO EN ESTE POEMA
EXCELENTE
Es una mezcla deerotismo con la muerte ....pero es un poema
HERMOSO POEMA! INGENIOSO PUNTO DE VISTA
Cuánta fuerza, derroche de metáforas y belleza encierra tu poema querida Delfina. Enhorabuena.
Un abrazo. Pruden
Las metáforas toman el cariz deseado por la autora de los versos y dan mayor énfasis a su ingenio.
Gracias poetisa Delfina por el excelente regalo.
Saludos
Lena
Tremendo poema, expresa como puede existir amor hacia el propio verdugo.
Precioso poema, ademàs de culto... romàntico, sencsual y apasionado. Congratulaciones.
Rafael Mèrida.
excelente compañera, el síndrome de la rehén confundido con erotismo puro, siempre te leo con gusto. Abrazo
precioso poema, gracias por compartirlo
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