Cuando estuve en el mar era marino
este dolor sin prisas.
Dame ahora tu boca:
me la quiero comer con tu sonrisa.
Cuando estuve en el cielo era celeste
este dolor urgente.
Dame ahora tu alma:
quiero clavarle el diente.
No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
del giro de la luz y del silencio,
de la piel de las cosas
y de la sangre con que subo al tiempo.
Tú eres un surtidor aunque no quieras
y yo soy el sediento.
No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.
Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto.
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Jaime Sabines
Comentarios23
vale y que la verdad os haga libres
P.d. Te amo GOnzalo
febrero 27 2008.
Ste poema me recordo al gran amor de mi vida y q por asares del destino yano esta conmigo.
Viva la poesia en los corazones, por siempre.
Un poeta sin olvido
En cuanto al comentario de Fernando, no olviden que los burros rebuznan, no hay por qué regañarlos, eso es lo normal.
En primer lugar se dirige a don Jaime, cuando tiene años que murió; en segundo lugar, como la gran mayoría de los del centro, los chilangos, nos llama chapanecos ignorando que el gentilicio de los oriundos del Estado de Chiapas es chiapanecos.
La ignorancia esculpida en remedo de hombre, pues.
Me encanta leerlo, es algo espléndido, como todos los grandes, mi mayor reconocimiento, mi mayor admiración, siempre para ellos, siempre un placer, siempre. Viva la poesia.
"No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
del giro de la luz y del silencio".
Espero regresar por aquí a leer más poemas de Sabines.
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