Comentarios recibidos en los poemas de freddy chala



UNA HISTORIA ......
adolfo casas c dijo:

buen pensamiento mi gran amigo Freddy me recuerda a el pensamiento del sembrador de dátiles:

lunes 26 de mayo de 2008
El plantador de dátiles
En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Elihau de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Elihau transpirando, mientras parecía cavar en la arena.
— ¿Qué tal anciano? La paz sea contigo.
— Contigo –contestó Elihau sin dejar su tarea.
— ¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?
— Siembro –contestó el viejo.
— ¿Qué siembras aquí, Elihau?
— Dátiles –respondió Elihau mientras señalaba a su alrededor el palmar.
— ¡Dátiles! –repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez comprensivamente
— El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
— No, debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos...
— Dime, amigo: ¿cuántos años tienes?
— No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé... lo he olvidado... pero eso ¿qué importa?
— Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los ciento un años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.
— Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar estos dátiles. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque sólo fuera en honor de aquel desconocido,vale la pena terminar mi tarea.
— Me has dado una gran lección, Elihau, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me has dado – y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.
— Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto, y sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.
— Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más importante que la primera. Déjame pues que pague también esta lección con otra bolsa de monedas.
— Y a veces pasa esto – siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas —: sembré para no cosechar y antes determinar de sembrar ya coseché no sólo una, sino dos veces.
— Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte.
un gran abrazo del alma y del corazon.

5 de mayo de 2011 a las 20:52

Por el Amor de una Madre
adolfo casas c dijo:

un saludo mi gran amigo Freddy
bello pensamiento a ese ser de fantasía a la madre bendita, a la madre abnegada forjadoravdevsueños hilvanadora de sueños y sonrisas, que nos brindan desde el alma oh madres benditas.

un gran abrazo del alma y del corazon.

22 de abril de 2011 a las 22:33

Por el Amor de una Madre
La Poetisa Negra dijo:

(...)"Junto a ti se encontrara tu Madre
Madre que dejara incluso de respirar
Por darte a ti la vida"(...)

Muy bello tu poema... El amor de una madre es INIMAGINABLE!

Un hijo debe valorar todo el amor y sacrificio de una madre. Para eso eatamos los hijos... para llenar de amor a nuestras madres ( y bueno aveces algunos problemas sin querer... hay que ser honesto)

ME ENCANTO!

La Poetisa Negra.



22 de abril de 2011 a las 17:22