El jardín de la mirada

El jardín de la miradaEl ser humano, desde su creación, ha sentido la necesidad (a veces imperiosa) de comunicarse consigo mismo, de entender el significado de su propio ser, a través de la inmensidad del Todo.

Y Todo es la suma de las galaxias, de la infinitud (que a veces llamamos nada), de los cuerpos celestes trayendo voces de otros cuerpos, de Dios, que es tres, dos, uno, según el concepto de la Trinidad, de la vida de los demás, del florecimiento de la flora en sus más hermosas y espinosas formas, de la existencia que fluye por los años, y de la muerte, que es el principio, para muchos filósofos, teólogos, místicos, poetas y religiosos, de un misterio.

A la escritora y poetisa Nila López, la filosofía no le es indiferente, desde luego. Ella suele filosofar cuando habla. Y mucho más cuando escribe.

Nila canaliza a través de una búsqueda del mundo y su sentido, la forma y el fondo de esta nueva novela que pone a consideración del lector y que se llama El jardín de la mirada.

El texto ha sido publicado gracias al apoyo del Fondec.

Estamos ante una historia sencilla: Matías, un fiscal perfeccionista, construye el sentido de su existencia alrededor de la necesidad que siente de defender a los niños que fueron maltratados en su infancia y que tienen serias dificultades para reinsertarse en la sociedad.

Él busca la manera de ayudarlos aunque las trabas burocráticas son múltiples y la indiferencia de la gente lo desconcierta. En cierta manera, el dolor de los huérfanos, que deben cumplir «jornadas laborales» haciendo mendicidad en las esquinas de los semáforos, es su dolor y es su propia mendicidad. Obsesionado por la causa de los débiles, de los más desprotegidos entre los desprotegidos, los días se le acumulan grises, empañados.

Pero luego llega el amor a su vida.

Lo atrapa la mirada de una mujer que va en un automóvil.

Él no la conoce, pero sabe que ya la ama.

Cuando llegan a relacionarse como pareja, comienza un diálogo entre ambos que marcha a tono con el dolor, con la imposibilidad de ser felices porque hay barreras invisibles. Pero el amor, que es único y liberador, marca en ambos una historia de vida digna de ser contada, y muy bien contada, por cierto, en las muchas páginas de la novela.

La obra plantea muchos interrogantes.

También es una fiera defensa de los niños que se encuentran en estado de orfandad mientras la sociedad, víctima y victimaria, sigue el curso de sus días.

Hay muchos replanteamientos de fondo filosófico sobre la sociedad y su conjunto en el texto.

Y también hay una historia estremecedora de un niño que nació en Miami en 1972, hijo de padres portorriqueños; el chico era sometido a sesiones diarias de vejámenes y ensañamientos por sus progenitores. El caso del niño golpeado, que sufría fracturas en los huesos del rostro, y torturas y ensañamientos, es la clave de su angustia. Todos los horrores que padeció en su carne el infante son sus horrores nocturnos, que no lo dejan dormir.

Me gusta mucho que Nila López haya abordado un tema que infelizmente la sociedad paraguaya aún no puede resolver. Y no puede resolver porque el Gobierno actual se va de lujos a cualquier parte. Y viaja alrededor del mundo sin ton ni son. Y toma decisiones inmaduras así como retraídas.

El final de El jardín de la mirada es sorprendente, inesperado y, por lo tanto, todo un acierto.

BREVE RESEÑA DE LA AUTORA:

Nila López nació en Concepción, Paraguay, el 27 de marzo de 1954.

Sus obras publicadas son: El brocal amarillo (poesía), ¿Quién dejó pasar el tren? (teatro), Artificios naturales (poesía), Tántalo en el trópico (novela), (poesía); Madre, hija y espíritu santo (multigénero, Premio Municipal de Literatura); Maestras, el poder con los otros (ensayo multigénero); Señales, una intrahistoria del Paraguay (ensayo) y El bosque sagrado (novela para jóvenes).



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