Muchas veces la vida pone frente a nosotros pruebas y circunstancias que parecen extraídas de un ingenioso relato de ficción. En otras ocasiones, en cambio, el libro llega como resultado de una vivencia fuerte que necesita ser narrada y publicada ya sea como método de desahogo personal, para dejar testimonio o bien para generar un cambio a través de esas páginas.
Makenzie Lawrey, a sus jóvenes nueve años de edad, encontró en la creación y edición de una obra la posibilidad de abrir un sendero de esperanza, plasmar sentimientos propios, informar al mundo lo que ocurre en su familia e iniciar una cruzada internacional basada en el amor y la solidaridad.
No se trata, en este caso, de juzgar las habilidades narrativas de una escritora sino de valorar el enorme gesto de una niña que decidió asesorarse con médicos e investigar mucho para poder entender y explicar cómo es la enfermedad que sufre su hermano Gavin.
Su propósito no sólo es hacerle saber a todo el planeta que él padece una dolencia mitocondrial que le causa un cansancio permanente y le genera convulsiones: lo que pretende Makenzie en primer lugar es recaudar fondos para invertir en investigaciones médicas. Su mayor anhelo es que los expertos puedan hallar pronto la cura para el mal que aqueja a su hermano.
“The Mighty Mito Superhero” (“El poderoso superhéroe Mito”) se titula este material que, según informan medios como 24Horas.cl, ya ha permitido reunir más de veinte mil dólares.
Quien desee saber más de esta emocionante historia y, por qué no, ayudar a esta familia, puede visitar el sitio https://www.hope4mito.com/index.html.
Desde Poemas del Alma, optaremos por finalizar este artículo con una de las tantas frases que le regaló Makenzie a todos los lectores sin tomar conciencia de que ella también, con su lucha, nos da una lección enorme:
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