Nieve

Jonathan Rojas

Nieve

 

Nevaba, había nevado brevemente.

En mis manos figuraban cristales

diversos, insinuaciones de estrellas,

algunas formas audaces. Tenía mis

manos colmadas de aquella naturaleza

glacial, veía los diminutos diamantes

incrustados en mis parcas manos.

El cielo es blanco, los árboles como

riscos del Himalaya, nevados, coronados

del estupor de la blancura. Los cisnes

y su alba blancura celebran el milagro

del cielo, pues nieva, caen cristales

de hielo; se precipita el ensueño sobre

la testuz de los labriegos, sobre las

cruces de los cementerios. Ya no veo

el azul que cubría el cielo, sólo albor

salino, caprichos hexagonales. Copos

de nieve que pillan los resplandores

de la luz. Recuerdo lo que, con voz

queda, te había  dicho: “algún día

alcanzaré las estrellas y ¡habrá tanta

luz! todas las estrellas para ti”

Porque yo amo la luz y cuanto a ella

refleja, adoro lo preclaros elementos

vestidos de esplendores. Al interior

de la nieve, niña mía, hay  espejos

que consumen la luz y la atavían de

galantes prendas donde destellan las

perlas del infinito universo.  Manojos

de blancura vierten esencias bautismales;

la resurrección, el temblor. Descienden

los ángeles como aves matutinas. La

abertura celestial: cae nieve, nieve.

Es esta la penitencia a la que someto

la carne de mi corazón. Bajo esta luz

cristalina y fría se iluminan mis cabellos,

tiembla dulcificada mi alma y mis ojos

perlan las más conmovidas lágrimas.

Mi cabeza erguida, comprimidos todos

mis sentidos invernales y veo la nieve,

el aluvión épico de páginas blancas.

Y la porción de rubíes blanquecinos

que custodiaban mis manos, rápido

se ha evaporado, va hacia la altura

y ahora la blancura está en plena

ascensión. Niña mía, ve mis ojos

y percibe en ellos el cuadro de la nieve

cayendo. Detente, mira mis manos y ve

en ellas los cristales polares huyendo.

Posa tus dedos en mi pecho y si frío está,

es la nieve en el corazón. Dulce mía,

sólo dime que me quieres para subir

como la nieve hacia la eternidad.

 

 

Por: Jonathan Rojas

  • Autor: Jonathan Rojas (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de marzo de 2011 a las 18:58
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 128
  • Usuario favorito de este poema: Carmen Angelical.
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