Guerra de palabras

Todo lo arrojamos, poco valoramos, mírame a la cara y dime que no es cierto, que no te molesto.
Dime que el ruido que escucho no son los buses de la calle que contaminan mis ojos y mi odio.
Que del abrazo gentil y amable me despojo y soy débil ante tus ojos.
Dime que solo soy de letras y que mis besos son de prosas.
Que lo arrojamos todo al caño y reciclamos pocas cosas.
Que todos opinen, que nadie diga nada, que se transforme todo esto en una guerra de palabras...

Es una guerra abierta que no es tuya ni mía, son caricias de versos
Son palabras de la vida.
Una memorable ocasión que no depende de nada, el encontrase escribiendo solo, un montón de palabras.
Es una guerra donde no hay tregua, que nos incita a la batalla de ideas
Es una guerra que no es de nadie, solo es un reto ante la vida, para no ser miserables...

Es una guerra que no es guerra, sino una excusa para expresarnos.
que de palabras y argumentos es necesario ponernos al tanto.
ver la pasión, la magia que se conforma, ver cada palabra e imaginar a esa persona.
es no ser miserables con lo que sentimos y escribir distinto.
es ser totalmente francos con cientos de desconocidos.
Todo lo arrojamos y nos quedamos con poco para mostrar.
acumulando tensiones y ganas apresadas de gritar.

De dirijentes se ha conversado mucho en siglos de intensa batalla, en la poesia moderna se nombran algunos, pero de verdaderos lideres no conocemos nada.
Que si de izquierda o de derecha y de esa forma nos clasifican, por pensar distinto, ser leales con la clase obrera, estar codo a codo en la misma vida.
es sabroso el debate, en cualquier escenario y ahora en las rimas, saber que no empezo por esto pero que aunque lo neguemos nos gusta la politica.
soy como soy y solo tengo una razon, soy un hombre de izquierda por que esta del lado del corazón.

Guerra de palabras que descubren sensaciones, emociones y curiosidades.
Guerra de sentimientos, de ideas y dificultades.
Guerra que no es guerra, guerra de visiones, guerra de imaginar que seremos frente a frente sin palabras y sin tensiones.
Guerra que se vuelve tregua al imaginar las miradas en la lectura. Guerra que se vuelve fiesta cuando salen sonrisas de su osadia y su astuzia.