Y se estremece la piel del horizonte.
Un beso lánguido se pierde,
en el último resplandor desesperado.
Una gaviota enamorada levanta su vuelo final
y bebe la débil sonrisa del sol.
Sangra sereno el mar bajo el milagro repetido.
El amor navega sin otra guía que un puñado de sueños azules.
Anochece en las pulsaciones de la rutina,
y se enciende la primera estrella de tu mirada.
Mi barca se detiene con los ojos cerados en tu playa tersa,
y el trigal de tu pelo suspira sobre mi rostro en penumbras.
Una caricia furtiva encuentra su destino de carne y jazmines.
Dios sigue su tarea de aquietar las almas fatigadas.
El ave se oculta en el regazo de la noche,
y regala su silencio a las lágrimas del cielo.
La tierra se traga uno a uno los colores.
Anochece sobre la verdad y la mentira,
y se transforma en un final abierto...
(en la historia de cada día)
Una tórtola recorta su elegancia sobre el rojo
paisaje,que muere sin lamentos...
Cae la noche sobre mi si tú no estás a mi lado.
La espuma de golfo humedece el aliento del final...
Valió la pena este crepúsculo entre tu cuerpo y el mío,
un sol cómplice,un pájaro dormido,una flor cerrada...
Anochece justo,cuando tú despiertas.
No sueltes mi mano,aún hay fuego en el firmamento.
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Autor:
Amado (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 27 de febrero de 2011 a las 18:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 1184
- Usuario favorito de este poema: BrisaMariana.
Offline)
Comentarios2
Bellisimo!! Una descripcion memorable del lugar testigo del amor. Lo guardo definitivamente como uno de mis favoritos. Gracias por compartir. Saludos.
Muchas gracias BrisaMariana,mis mejores deseos y saludos para ti.
Es hermosissima. Intento entender que es la rutina y el recuerdo de una amor del que todavia quedan cenizas. No se eso es lo que tu bello poema me revela.
Las palabras cantan conviertiedose en versos. Deleitando el oido o los ojos de aquel que lo escucha, de aquel que lo lee.
Que linda poesia. Ya sabía yo que tenias alma de poeta, (jaja como la canción de Janette, recuerdas: "un corazon de poeta".)
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